Asepsia y Alergia

Hoy voy a escribir sobre una de las tendencias que la Sociedad actual (impulsada por la importancia que le hemos dado a la Sanidad) muestra como meta, objetivo a la hora de vivir en relación con nuestro entorno: la asepsia.

Es de rigor señalar que la integración de las medidas higiénicas (lavado de manos, separación de los contenidos fecales…) como algo habitual en nuestras sociedades, hizo descender en gran número las tasas de mortalidad (general y sobre todo infantil), antes incluso del advenimiento de las grandes campañas masivas de vacunación.


Pero una cosa es una cosa…, y otra es otra. Me refiero a lo irracional de generar asepsia en todo lo que tenga que ver con el contacto humano, y sobre todo en el mundo infantil: la esterilización de objetos, empleo de bayetas o esponjas antimicrobianas… Estamos llevando al absurdo una práctica interesante como el Higienismo. ¿A qué viene este consumo desmedido de antisépticos, desinfectantes, antibióticos, antifúngicos…?

Es de dominio público el aumento progresivo en la prevalencia de personas alérgicas (en México llega al 42%, según un estudio de 2009) y/o con alteraciones o enfermedades autoinmunes, la cada vez mayor conexión entre enfermedades de diverso tipo (úlceras gastroduodenales, Alzheimer, obesidad incluso el cáncer…) con los microorganismos como posibles causas…

Leí en Diciembre pasado, en un diario médico (y también lo he visto en otros diarios), haciendo referencia a un estudio publicado en la revista «Journal of Experimental Medicine» que defendía que el contacto de ratones hembras (embarazadas) con gérmenes procuraba una estimulación del sistema inmunológico de sus crías, generando una disminución de respuesta alérgica en las mismas…

Muchas veces, las noticias de prensa que se refieren a estudios científicos poseen un tinte intoxicador, tendencioso o, al menos, superficial. No sé cómo tomar esta noticia pero creo que puede ayudar a colocar un poco de cordura en el temor irracional que suscita el contacto de nuestr@s hij@s con los gérmenes.

Si fuéramos capaces de vivir nuestra vida con un poco más de sentido común y prescindiéramos del miedo a la hora de conectar con el medio, nos daríamos cuenta que no hay que temer a los microorganismos, pues forman un gran equipo e interactúan con nuestro propio organismo para facilitar nuestro estado de salud.

Sólo en el caso en que no estemos viviendo conforme a nuestra mejor manera de relacionarnos, o en situaciones de gran anomalía externa (alteración del orden ecológico, contaminación de cualquier tipo: tóxicos químicos, electromagnéticos…) es normal el que se genere una alteración en nuestro sistema de perfecta homeostasis, de equilibrio interno.

Creo interesante pregonar la excelente capacidad de adaptación que posee el ser humano, a través de su principal estructura de base, nuestro código genético. Nuestro ADN no es un cajón cerrado, con una serie de marcadores que nos condenan a producir una serie de enfermedades a lo largo de nuestra vida (eso es el resultado de una lectura miope de la función del ADN).

Conclusión: generemos un clima de confianza e implementemos un poco de sentido común en nuestras vidas. Lo celebraremos en forma de Salud.

Salud para ti y los tuyos.

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