Blanco sobre Negro

(¿Dispones de 5 minutos para leer este texto?)

Sin ánimo de incurrir en ninguna idea racista, hago uso de esta expresión (blanco sobre negro, o negro sobre blanco) para referirme a nuevas informaciones que aclaran actitudes y posicionamientos dentro del mundo de la salud.

Como sigue siendo habitual, a continuación voy a colgar el vídeo en el que describo el contenido de este texto, siendo consciente de que hay personas que prefieren escuchar a leer.

Voy a hacer referencia a dos de esas informaciones que aclaran las cosas. Por supuesto, para aquellas personas que quieran verlo así… aunque lo que presento es de tal rotundidad que no hay espacio para la duda.

He leído durante estos días un comentario en la red en el que se hacía eco de los datos puestos encima de la mesa por Roberto Sánchez, el presidente de la organización «NoGracias», un grupo muy beligerante con las malas prácticas dentro de la Medicina.

Para describir esta plataforma, nada mejor que el siguiente párrafo de una reciente entrada de su página web. Me he permitido «dulcificar» su lectura dividiendo el párrafo único en cuatro.

La Plataforma NoGracias es una organización de la sociedad civil que ejerce acción en defensa de un sistema sanitario público democrático (transparente y responsable ante los ciudadanos) y soberano (sus decisiones no quedan dictadas por los intereses de otros actores, como las industrias).

Queda inscrita en el racionalismo respecto a su confianza en la ciencia y su método, pero a la vez es crítica con las derivas que ha tomado el encaje racionalista de la medicina contemporánea, esto es, la medicina basada en la evidencia.

Opera en un escenario en el que el Estado ha perdido sus fortalezas clásicas en favor de grupos empresariales y donde el acceso al proceso político no es sencillo.

A lo largo de sus más de 10 años de historia, la Plataforma ha construido un marco teórico que desafía a grandes poderes y ahora recorre un largo camino hacia su institucionalización.

El artículo del presidente de NoGracias al que deseo referirme expone los pagos que cuatro laboratorios farmacéuticos (GSK, Pfizer, MSD y Sanofi) realizaron durante el año 2020 tanto a personas particulares, curiosamente adalides del fomento a las vacunas, como a asociaciones profesionales.

Es evidente que esta relación no exime que alguna otra empresa farmacéutica haya hecho lo propio pero que no se haya documentado.

De todas estas anotaciones, está claro que esas cantidades no le sacan de pobre a nadie… y también habrán tenido algún tipo de contraprestación (pago de conferencias, asistencia a congresos, etc).

Pero bueno; por ejemplo, los más de cien mil euritos que se ha embolsado uno de esos que salen en los medios cantando las alabanzas de las vacunas… no están nada de mal, ¿no? Cuando este tipo de personajes dicen lo que dicen, defienden lo que defienden, ¿ya se refieren a lo que reciben de esas empresas? ¿El público en general tiene la información completa sobre el hecho de que estas personas son altavoces de sus amos?

Por otro lado, es curioso que las farmacéuticas hayan elegido, me imagino que entre otras asociaciones profesionales sanitarias, a la Asociación Española de Pediatría para encauzar sus dádivas… ¿No es normal la contundencia con que los pediatras han abogado por la vacunación de los niños sin poner ninguna traba?…

A esto se le llama habitualmente «conflictos de interés». Y es un tema que en el que no se ahonda lo suficiente. En fin. ¿Empiezas a comprender?

El otro tema que se pone al descubierto está relacionado con las falsas vacunas Covid, los tratamientos génicos experimentales. Y el mensaje viene de la mano nada menos que de un gerifalte de una de las más importantes farmacéuticas: Stefan Oelrich, presidente de la División de Productos Farmacéuticos de Bayer.

En la sesión inaugural de la Cumbre Mundial de la Salud, que se ha celebrado en Berlín entre el 24 y 26 de este pasado octubre, hubo varios ponentes, encargados todos ellos de dar su toque, su mensaje como inicio de la Cumbre.

Los personajes que hablaron en ese acto de inauguración representaban a una serie de organismos con un papel importante en la «Salud Mundial». Ya el mismo maestro de ceremonia llevaba en la solapa de su chaqueta el ínclito circulito arco iris de la Agenda 2030. ¿Casualidad?

Desde el presidente y fundador (2009) de la Cumbre Mundial de la Salud, pasando por una representante de la OMS, el ministro de Salud alemán, el director general de la OMS, la presidenta de la Comisión Europea, el secretario general de la ONU, un CEO de la farmacéutica Roche, la directora general de UNICEF, el ya nombrado Stefan Oelrich (Bayer) y, cerrando turno, una representante del Banco Mundial.

Si se escucha a todas estas personas en ese contexto, sus mensajes están orientados hacia la consecución de mayores cotas de salud mundial. Y eso, claro, está muy bien. ¿Quién no desea que eso suceda? El mensaje «buenista» de bien común como única finalidad de estos montajes es lo que incita y consigue el apoyo de los espectadores que lo escuchan.

¿Pero qué dijo el señor Stefan Oelrich que nos puede llamar la atención? Para contestar a esta pregunta he seleccionado unas frases que os muestro en el siguiente vídeo:

¿Todavía no está claro para alguien de qué se trata todo esto?

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Salud para ti y los tuyos