Buscando a Papá
Aunque ya ni se oyen los ecos del tema SGAE (hay que ver lo efímero de una noticia, aunque estemos en época estival con la clásica escasez de noticias), como hace bastante tiempo que no dedico ninguna atención al caso, simplemente quiero mostraros unas noticias al respecto.
Ya el año pasado se escribió en los medios de comunicación sobre la sustanciosa cantidad de € que el Presidente de la SGAE se iba a introducir en el bolsillo tras su jubilación. Para los que no lo recordéis, unos 24.500€ mensuales, aunque también he leído otras cifras algo inferiores (unos 18.000€ en 14 pagas). ¿No os conformaríais con esta última cantidad de manera vitalicia?
Lo que realmente es inverosímil que siendo una entidad privada, sea la encargada de recaudar, a través de un canon digital, un impuesto a tod@s l@s españolit@s de a pie, cada vez que compremos cualquier «parato» electrónico (no sólo CD’s o DVD’s sino memorias USB, lectores, reproductores, etc, etc…) y que su gestión no sea controlada por la Administración. Inaudito.
¿A dónde lleva todo esto en un país como éste? Pues al «pufo» seguro. Y ahora está envuelta la SGAE, a través de asociaciones «filiales», en un jaleo en el que parece que hay irregularidades en su gestión de los fondos… El tema de unas supuestas irregularidades ya apareció en 2007… En fin.
Aunque no me suela distinguir por poner colores oscuros a la vida (más bien me considero una persona más optimista que pesimista, creo en el ser humano) suelo observar la realidad con cierta objetividad, y veo que, en diversos estamentos y escenarios, existen seres humanos que mueven ficha de tal manera que a mí me parece sin sentido (¿será que mi sentido común difiere bastante del de los demás?).
Ayer, María, mi compañera de coordinación de Salud Verde, me hizo llegar la noticia de que un proyecto existente desde hace unos años en Asturias, que tiene como foco una labor diferente a lo habitual en el Centro de Salud de la Fresneda (Proyecto Fresneda), y que, a base de voluntariado, por las tardes, promueven la Salud entre la población a través de distintos grupos de actividad (para dejar de fumar, para adelgazar, relajación, lugares de encuentro, bailes de salón, danza, Reiki, masaje relajante, toque cuántico, musicoterapia, yoga, manualidades,…), ha salido a la palestra por la denuncia que han hecho algun@s trabajador@s y de la Junta de Personal del centro (de CC.OO.).
¿En qué se basan para denunciar el proyecto? Pues que se utilizan las instalaciones fuera del horario de trabajo para actividades «no sanitarias», y que puede peligrar la confidencialidad de los datos de las historias clínicas, dado que en algún momento ha quedado algún ordenador encendido… Sin comentarios. ¿Qué es sanitario y qué no es sanitario para la Junta de Personal del Centro de Salud de la Fresneda? ¿Sanitario sólo es el/la médic@ que me «echa las gomas», el/la enfermer@ que me pincha el trasero, la receta que me lleva a una farmacia para poder tomarme un potingue?
Mal vamos, pensando así; y, tristemente, parece que la mayor parte del colectivo «sanitario» es de esta opinión… Si tú opinas de otra manera, si crees que el fomentar lugares de encuentro, dinamizar grupos, aunque sean de «cosas raras» que hacen que las personas se sientan mejor, está bien y es bueno, y quieres no sólo que se permitan en el Centro de Salud de la Fresneda, sino que este tipo de iniciativas se extendieran por todos los Centros de Salud, te invito a adherirte al manifiesto que han colgado en su página web. Gracias de antemano.
Como tú veas, pero a mí me parece mucho más eficaz este tipo de prácticas (desinteresadas, llevadas a cabo por puro voluntarismo) que esperar recibir la chispa de la vida tomando un refresco de Cola, ¿no? Pues para mi asombro, existe (y de eso me he enterado hace pocos días) el «Instituto Coca-Cola de la Felicidad». Como lo oyes. Y como soy bastante curioso y me gusta saber de las cosas, al introducirme en su página web he visto a una persona que parece el perejil de todas las salsas, Eduardo Punset, como uno de sus colaboradores.
Hablando del personaje, me ha llegado que ha protagonizado un anuncio publicitario (aquí lo tienes) de una empresa que comercializa una serie de productos que catalogan como alimentos y que l@s consumidor@s aprueban con sus compras… No dudo que muchas personas, ante una propuesta económica jugosa, harían lo mismo…, pero no sé, no sé… Para mí que, con este tipo de actitudes, el personaje pierde muchos puntos en cuanto a credibilidad divulgativa.
Parece que la publicidad o, mejor dicho, las empresas a través de la publicidad, están empeñadas en que construyamos nuestra felicidad y nuestra salud y bienestar a través de consumir productos o de que nos solucionen la vida alguien o «álguienes» que saben mucho más que nosotr@s y que deben actuar por nosotr@s.
Este tipo de mensaje también, aunque sin tanta publicidad directa en los medios de comunicación, sucede en el mundo de lo sanitario. En este caso, la publicidad se enfoca hacia las personas «encargadas» de fomentar o de cuidar nuestra salud (l@s médic@s), y es en manos de est@s profesionales en quienes confiamos nuestro estado de salud, dado que ell@s saben más que yo qué me conviene…
Pues va a ser que no, que muchas de las técnicas o procedimientos usados por los sistemas sanitarios están basados en algo diferente a nuestro bienestar. Ejemplo: El Dr. Juan Gérvas, en un articulito que he leído recientemente, hace ver el uso desproporcionado de un material que, hoy por hoy, se emplea como «cemento» en las intervenciones quirúrgicas que tienen como finalidad fijar una articulación (por ejemplo, entre vértebras que se quiera suprimir la movilidad).
¿Es cuestión de moda, de eficacia, de buen saber hacer? No lo sé, pero que en España se utilice una técnica quirúrgica (la artrodesis lumbar, o sea la inmovilización de unas vértebras lumbares) que conlleva el uso de un cemento concreto, en casos en los que, en otro país no menos desarrollado como Gran Bretaña, se utiliza un 4.335% de veces menos, y que nos tengamos que enterar de que en la publicidad del cemento en cuestión (estudios científicos comprobados, según dicen) hubo engaño, y que evitaron mostrar los efectos adversos de la sustancia susodicha…
Tiene chiste la cosa… Luego, que alguien se mosquea porque no me creo en algún momento lo que la Ciencia admite o los argumentos que utilizan quienes quieren atacar algo en contra de mi sentido común… Lo que sí está comprobado que necesitamos estar cada vez más despiert@s a la hora de vivir la vida, con los sucesos que en ella se producen, ¿no?
Salud para ti y los tuyos.