Carmina Burana en Lyon
Lejos del mundanal ruido sanferminero, aquí me hallo, en Lyon (Francia), dentro del montaje del espectáculo «Carmina Burana» que el Orfeón Pamplonés representa junto a La Fura dels Baus en diversos escenarios a lo largo de estos años. En esta ocasión, de la mano de la Orquesta Sinfónica de Lyon y la dirección del maestro Ernest Martínez Izquierdo, actual titular de la Orquesta Sinfónica de Navarra.
¡Qué día más largo el de ayer! Levantarse temprano para ir al aeropuerto de Pamplona (primera vez que lo visito tras su evitable ampliación, fuera de lugar para el número de vuelos de la capital navarra), una hora y quince minutos de vuelo…, y ya con horarios franceses (parece mentira la diferencia de hábitos entre poblaciones que sólo nos separa una cordillera montañosa). Tras acomodarnos en el hotel, inserto en una torre de 164 metros de altura, y que ocupa del piso 32 al 39 de la misma, llega la tanda de ensayos.
El primer contacto con la orquesta, con los desajustes consabidos y lógicos de un primer encuentro entre una orquesta, un coro y un director; luego, ya entrada la tarde (el comentario general es que a las tres de la tarde parecía que ya habíamos vivido todo un día agitado de actividad), el contacto con el Grand Theatre, un teatro romano que posee Lyon, la antigua capital de Las Galias. En este espacio escénico se van a desarrollar los conciertos (día 7 y 8 de Julio).
Un Sol de chicharras que no perdonó…, repasando movimientos escénicos en los diversos números de la obra, y una última pasada a toda la obra (insufrible por inacabable, la sesión). Mis fuerzas se quedaron maltrechas (mi órgano de fonación, peor).
Tras una cierta recuperación con una cena agradable y el descanso nocturno, afrontamos una mañana libre para, a continuación, afrontar el segundo y último día de ensayos. Tendremos dos: uno con la orquesta en el propio teatro romano; y, posteriormente, tras una cena frugal que nos servirán allí mismo, el ensayo general (a las 22h) con todos los «sacramentos» (maquillaje, vestuario…).
Un comentario sobre el hotel, como representación de un modo de construir muy «modelno», muy inteligente él, pero totalmente insalubre: ventanas que no se pueden abrir (¿por si a alguien se le ocurre tirarse?), aire acondicionado continuo, red wifi que irradia microondas permanentemente a los alojados y empleados… Otro detalle para hacerme a la idea de que estoy en Francia: por una caña en el hotel me han «cascado» 6 € (increíble pero cierto…).
Salud para ti y los tuyos.