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No puedo refrenarme. Lo siento. Leer ciertas cosas a veces genera una especie de crujido en mis pacíficas neuronas.
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No puedo refrenarme. Lo siento. Leer ciertas cosas a veces genera una especie de crujido en mis pacíficas neuronas.
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Esta frase no es mía sino de la película «Los hermanos Marx en el Oeste». Y el contexto es un tren en el que van echando a la caldera, tras acabarse el carbón, toda la madera de los vagones. La necesidad era llegar a la meta… aunque ya no quedara ni rastro del tren.
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Como cada año por estas fechas, surge el tema del amor, del enamoramiento, de los enamorados. Celebrar este día de San Valentín sigue siendo una creencia que se nos ha imbuido en nuestras mentes y, cómo no, en la actualidad, con tintes meramente comerciales.
Hace algún tiempo que me incorporé a la plataforma «Rompe el Silencio», un movimiento cuya finalidad es dar voz a un tema al que nuestras autoridades parece que no quieren prestar la atención que merece: el exceso de muertes acaecido estos últimos años y, sobre todo, tras la campaña de inoculaciones masivas frente a Covid-19.