En el prefacio (titulado ‘La luz al final del túnel’), escrito por el eminente científico Dr. Albert Schatz (1922-2005), descubridor del antibiótico Estreptomicina (y ninguneado por su entonces supervisor, que no deseo nombrar y que recibió el Premio Nóbel injustificada e injustamente. Y dicho sea de paso, Wikipedia, palabra de dios, dice que la Academia Sueca todavía no ha reconocido su ‘error’)… Como iba diciendo (que me voy muy fácil encadenando cuestiones), este pedazo de hombre plasma en el prefacio muchas cosas. Describe la realidad del ser humano en el devenir del tiempo, y en su obcecación por la destrucción del planeta que le sustenta.
Voy a reseñar unos párrafos que me parecen verdades como puños.
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"Actualmente, nuestro asalto global a la Naturaleza amenaza nuestra supervivencia. En vez de llevar a la práctica las Cuatro Libertades de Franklin Delano Roosevelt, hemos optado por una trayectoria destructiva con los Cuatro Jinetes del Apocalipsis."
"El presupuesto militar del mundo es un barómetro, odómetro y velocímetro de nuestra desenfrenada embestida hacia la destrucción total. La carrera armamentista es, en realidad, una carrera hacia la aniquilación del hombre."
"En Vietnam ‘teníamos que destruir una ciudad para poder salvarla’. Ahora estamos destruyendo el mundo -supuestamente para salvarlo de una u otra forma, para un propósito u otro. El costo de este pecado lo indicó claramente Dwight Eisenhower en su discurso de entrega de la medalla de la Cruz de Hierro en 1953:
… Cada arma que se manufactura, cada buque de guerra que se lanza al océano, cada cohete que se dispara significa, en última instancia, que estamos robando a cada persona que sufre hambre y no recibe alimentos, o que sufre de frío y no recibe abrigo.
Este mundo en armas no está invirtiendo sus recursos económicos aisladamente. Se está invirtiendo en el sudor de sus trabajadores, el genio de sus científicos, las esperanzas de sus hijos.
El precio de un bombardero moderno equivale a una escuela moderna, de ladrillo, en más de 30 ciudades…
Pagamos por un avión de combate con medio millón de fardos de trigo.
Pagamos por un tanque con hogares nuevos que podrían haber provisto de albergue a ocho mil personas.
Repito, ésta es la mejor forma de vida que puede encontrarse en el camino que la Humanidad ha optado por seguir.
Esto no es vida en el verdadero sentido de la palabra. Bajo la constante amenaza, tenemos a la Humanidad crucificada en una Cruz deHierro…
"Es obvio que no es nuestra ciencia antropocéntrica la que va a salvarnos. Más bien es la que nos ha dejado basureros químicos, desechos radiactivos sumamente peligrosos que ahora no sabemos cómo eliminar; contaminación del aire y agua; pesticidas y aditivos alimenticios que son carcinógenos; drogas sintéticas que son ineficientes y dañinas; gas que afecta a los nervios; armas nucleares; guerra biológica; desperdicio y destrucción de recursos naturales; devastación global de la Naturaleza; y mucho, mucho más."
"Esto es lo que la Ciencia significa para muchas personas. Es obvio, también, que los científicos académicos tampoco nos salvarán, porque sus investigaciones reciben el apoyo de donaciones; y, a la vez, sirven para apoyar a la industria farmacéutica, agrícola, química y militar. De hecho, el complejo militar-industrial sobre el cual nos advirtió Eisenhower, se ha materializado en un complejo militar-industrial-educativo."
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