Cuestión de Orden

(¿Dispones de 3 minutos para leer este texto?)

Ayer mismo, he vivido una Constelación Familiar. Hacía mucho tiempo que no participaba en una. Y la de ayer iba destinada para facilitar la relación entre una persona y su padre.

Como ya es habitual en este blog, y como deferencia a las personas que prefieren escuchar a leer, voy a colgar a continuación el vídeo del texto.

¿Y qué tiene que ver el Orden en esto? Pues mucho. El Orden es una de las «leyes del Amor» que mostró Bert Hellinger como una realidad incuestionable, una base a construir de cara a generar armonía en el clan y, como consecuencia, armonía entre cada persona y la familia de la que proviene.

No voy a destripar la Constelación vivida (no se debe hacer nunca), pero sí quiero mostrar una realidad muy frecuente: el brutal condicionamiento inconsciente que las personas recibimos solamente por venir de una familia concreta.

Nuestros abuelos, nuestros padres… y también nosotros portamos en nuestro inconsciente una serie de cargas, tensiones, consecuencias de dramas vividos tiempo atrás, allá donde ya no hay testigos ni casi memoria de lo ocurrido.

Yo creo en la bondad del ser humano. Cuando leí hace muchos años sobre la teoría del «buen salvaje» de Rousseau, me dije: «Así es».

Soy plenamente consciente de que cada cual (nuestros abuelos, nuestros padres… y nosotros mismos) hacemos lo que está en nuestra mano en lo cotidiano de nuestras vidas. Tanto en la relación con los demás miembros del clan como también en las relaciones con las demás personas que nos rodean.

Y, desde la más pura inconsciencia, no hacemos sino repetir patrones, volver a reproducir en la práctica lo que ha sido estructurado en tiempo atrás y llevamos en nuestras mochilas.

Esta situación nos empuja (sin saberlo) al mantenimiento de conflictos en las relaciones interpersonales, una y otra vez. Éste es el caso por el que escribo este texto. Una relación difícil con el padre.

¿Y qué consecuencias puede traer para la persona la falta de una buena relación con el padre? La relación con el padre es la base de la construcción de nuestra energía paterna. Y la energía paterna nos ayuda a centrarnos en la vida con el tema de la autoridad y, sobremanera, nuestra vivencia del terreno laboral

Así como la energía materna es la que nos va a dar el sustento y la seguridad en el nido, necesidades básicas para crecer, la energía paterna es la que nos va a enseñar a salir al mundo y afrontar las relaciones con otras personas allí fuera.

Dentro de los Órdenes del Amor de Bert Hellinger, la relación entre padres e hijos debe basarse en el agradecimiento y honra que los hijos deben a sus padres, simplemente por el mero hecho de estar vivos.

Cuando hay conflicto, deben ser los hijos los que se acerquen a los padres para aceptarlos tal y como son, honrándolos de corazón. No siempre es fácil. Lo reconozco. Pero es así. Tal cual.

Y lo que se ve habitualmente es que los hijos suelen esperar que sean los padres los que se acerquen y les pidan perdón por lo sucedido… Pues va a ser que eso no funciona así.

En esta Constelación Familiar a la que me he referido al inicio del texto, se ha visto con total claridad que el padre estaba totalmente condicionado en su vida por la vivencia con su propio padre y los conflictos derivados de ello.

Todo puede ser modificado si nos acercamos desde una posición sincera y amorosa. Surge la comprensión y la empatía con la otra persona. Los muertos, cuando son reconocidos, quedan en paz y sus cargas se diluyen de nuestras espaldas.

En mi práctica como terapeuta, el enfoque de este tipo de casos es similar a lo que he comentado. Pero, aunque no realizo Constelaciones Familiares propiamente dichas, en las sesiones de relajación, cuando se toma contacto con el material que la persona guarda en su inconsciente, tenemos la oportunidad de recolocarlo en este orden basado en el Amor.

A continuación, a la persona le será mucho más fácil afrontar el contacto con su padre. Sin duda alguna. Tiempo al tiempo…

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Salud para ti y los tuyos