De Veraneo
No sé ni cómo empezar esta entrada. Veo la fecha de la anterior y me trae un poco de inquietud dado que pasan los días, las semanas…, y no cojo tiempo para escribir unas líneas. Parece algo contradictorio con la esencia del verano, en el que tenemos una imagen de disponer de horarios más laxos, más relación humana, una cervecita por allí, fiesta por allá…
Pues sí, entre los innumerables eventos que han ocurrido en estas semanas (entre los que se encuentra un bodorrio en tierras levantinas) las fiestas mayores del pueblico donde vivo, Etxarri (oficialmente Echarri), han centrado mi atención. Y como miembro de la Junta de la Sociedad «Baxixar» me tocó estar al tanto del desarrollo del jolgorio.
No es que pretenda adular a mi pueblo pero me siento orgulloso de sus vecin@s. Ya es tradicional que, durante la tarde del sábado de fiestas, organicemos y preparemos un teatro callejero entre l@s propi@s vecin@s. Y este año lo dedicamos al 50 aniversario de la primera televisión en el pueblo: «Teletxarri, la televisión de tu vida». La prensa regional se hizo eco del evento (ver aquí y aquí).
Otra de las actividades en la que estoy envuelto es en una colaboración con la casa de reposo «Azkona Etxea», en la localidad navarra de Azkona, en el Valle de Ierri. Desde finales de Julio, un día a la semana acudo a dar una charlita titulada «Por qué enfermamos». Se trata de mostrar a l@s residentes de la casa una serie de informaciones generales sobre el cómo y el porqué de la Enfermedad en la vida.
Desde el jueves pasado (hasta ayer domingo), en nuestra casa de Etxarri, ha tenido lugar un «Taller monográfico sobre Análisis Transaccional», acometido desde la perspectiva de las Constelaciones Familiares y dirigido por Brigitte Champetier, una maestra, una gran facilitadora en el arte de las Constelaciones Familiares. Como siempre, ha sido un auténtico regalo para las personas que lo hemos vivido.
Y, entre tanto, claro está, el mundo no ha parado: que si el «Mercado» por aquí, que si las Bolsas por allá… Ahora el que no sepa ni hable sobre el «diferencial de la deuda española» es que es un/a total ignorante y, además, irresponsable. ¿Qué sería de nosotr@s sin escuchar diariamente los vaivenes del diferencial de marras respecto a la deuda alemana?
Me imagino que os habréis fijado en la relatividad, lo fluctuante en cuanto a las valoraciones de l@s periodistas y analistas. No sé si recordaréis cuando el diferencial estaba aumentando de forma «peligrosa» por los 180 puntos… Parecía el acabose. Pero no, no. Estos periodistas, es@s analistas, o es@s señor@s llamad@s hipócritamente «Mercado» no saben (o, mejor dicho, sí saben, desgraciadamente) de nuestra capacidad de digerir las situaciones y adaptarnos a ellas de la manera más dócil que uno se pueda imaginar… (acordaos del cuentecico de la ranita en la olla).
El caso es que en unas semanas estábamos enfilando los 300…, y escuchábamos las gesticulaciones de l@s distint@s voceros de los medios de comunicación ya sin inmutarnos (aunque con una cierta inquietud por todo lo escuchado anteriormente). De un lado, mirando de reojo a los dichosos «Mercados», de otro a la Unión Europea, al comportamiento de la política de empleo en los USA de Obama, a la escalada de violencia en Siria, que si hay mucha gente muriendo literalmente de hambre y sed en el cuerno de África…
Esa cifra de 300 que, aparentemente, era sinónimo de necesitar de la ayuda de papá Europa (le llaman «rescate» pero es una nueva hipoteca, por lo que hemos podido ver en el caso de Grecia, que ya no sé qué pueden vender más…), pasó de largo y llegamos a los 400… Pero bueno, ¿no nos habían dicho que los 200 eran peligrosos y que llegando a los 300 lo teníamos francamente negro? Pues nada, a seguir mirando la pinta de los «Mercados» cada vez que sintonizamos con un medio de comunicación…
¿A dónde me lleva toda esta historia de «macroeconomía»? Pues a dejar de creer en ella y a fijarme mucho más en las microsituaciones, en las personas, en los pequeños núcleos de población, en la sociedad «real», con sus necesidades y las posiblidades de satisfacerlas sin esperar que a los «Mercados» les dé por apiadarse de la población y dejen de «jod…».
Y en esa línea de enfocar hacia la persona veo que están funcionando una serie de proyectos que se llaman (como nombre genérico) «ciudades en transición«. ¿En qué consisten? En resumen, una manera de organizarse los ciudadanos de cara a dejar de depender del consumo de energía fósil y de la escalada del desarrollismo, fomentando proyectos en los que el autoabastecimiento y el compartir entre vecinos es la base para construir una vida más «próspera» y feliz. La persona que impulsó este tipo de idea fue Rob Hopkins, en el Reino Unido a mediados de la pasada década y aquí tenéis su «Manual para la Transición».
Suele haber un sistema de moneda complementario para los intercambios entre vecinos sin llegar a prescindir de la moneda oficial que sirve para enlazar este nuevo modelo con el sistema en el que vivimos… Aquí podéis acceder a una entrevista que se le hizo a un componente de uno de estos proyectos («Barcelona en transició») en la Televisión (La 2).
Salud para ti y los tuyos.