Denuncia a la Ministra
Acabo de leer una entrada en el blog del periodista independiente Miguel Jara en la que se hace eco de un escrito del Dr. Juan Gérvas, médico del equipo CESCA y admirado por mí desde tiempo atrás por su particular y «sana» visión de las cosas, incluida la Medicina.
He incluido en el blog de Miguel Jara un comentario a su entrada que me parece interesante de colocarlo como texto de este blog, pues muestra claramente mi pensamiento sobre este tipo de sucesos en el que estamos envueltos, muchas veces sin enterarnos…
Para encontrar sentido a lo que sigue, sería conveniente leerse la entrada de Miguel Jara.
¡Hola! Comparto la perspectiva de la realidad dibujada por Juan Gérvas. Desde mi blog, en varias entradas he animado a mis lectores a vivir serenamente el clima de psicosis fomentado por las autoridades sanitarias mundiales y nacionales (junto a la labor «modélica» de los medios de comunicación).
Quizá el procesar a los cargos políticos no sea la mejor vía para que aprendan la lección y no se dejen gobernar por los maléficos hilos transparentes de intereses ocultos (¿ocultos?). Pero es que no dan muestra de rectificación, como bien apunta la entrada mostrando las declaraciones dela Ministradel ramo.
La primera consecuencia de todo esto es que, para mí y otra mucha gente, el sistema ha perdido credibilidad. No me creo nada de nada que no sintonice con mi sentido común, cada vez más selectivo en la «lectura» de las noticias que nos regalan los medios de comunicación (¿quiénes son sus propietarios y a quiénes sirven?) y las autoridades sanitarias en su conjunto.
Está visto y comprobado que el sistema sanitario no funciona para sanar a las personas, sirve (eso sí) para llenar y colmar cada nuevo centro que se abre o aparato diagnóstico que se pone en funcionamiento… ¿A dónde nos lleva el gasto desmedido en Farmacología, que no atiende a situaciones de crisis sino que, año tras año, va en aumento constante?
En la práctica, y ahí mis compañeros (los «galenos») tienen una gran responsabilidad (que en la mayor parte no asumen de manera consciente), se está educando a la población a escudriñarse con temor ante cualquier asomo de disfunción, y a exigir una tabla de procedimientos diagnósticos (que habría que ver si nos lo podemos permitir), sin colocar la atención en la primera gran fase del acto médico: la prevención real.
Y prevención no es inocularme algo o ir más frecuentemente al médico para que él vea si estoy bien (si estoy dentro de los desvíos estándar quela Estadísticadice que es normal). Estamos cayendo en una Medicina defensiva, basada en el miedo.
Prevención, para mí, es educar a las personas en llevar una vida sana: alimentos naturales (de estación y cercanos geográficamente, no transgénicos, no comida basura, no aditivos químicos), buenas relaciones interpersonales, realizar una actividad (laboral o de otra índole) en que me sienta bien…
Bueno, sería un sinfín describir en este espacio todo lo que nuestras autoridades sanitarias y políticas deberían fomentar en la población, en lugar de crear climas competitivos, estimular el consumo desmedido y la productividad del sistema (una cosa no se entiende sin la otra).
Y si los que detentan la responsabilidad político-social de todo esto siguen, erre que erre, en su línea, habrá que discurrir de qué manera debemos salir al paso de semejantes tropelías… (Hasta, a lo mejor, tenemos que pedir auxilio a los tribunales de Justicia…).
Salud para ti y los tuyos.