Día Mundial de la Salud

Como podéis comprobar, os voy acostumbrando a leer sobre cuestiones que ya han pasado en fechas atrás; pues, actualmente, me resulta muy difícil estar al día en lecturas y, sobre todo, poder escribir sobre ello…

El día 7 debió celebrarse el Día Mundial de la Salud, en conmemoración de la fundación de la OMS (Organización Mundial de la Salud). El primer año en celebrarse fue 1950.Cada año se elige un tema central al que dedicar el evento. El tema de este año ha sido el de las resistencias microbianas a los antibióticos.


El actual paradigma de la Medicina está empecinado (desde la «Era Pasteur«, al final del siglo XIX) en combatir a los gérmenes como si fueran una «peste», cueste lo que cueste, viendo continuamente cómo éstos generan resistencias, mutaciones, que les hacen resistentes a las sustancias que el ser humano sintetiza para matarlos… Todo es cuestión de tiempo…, y de un uso inadecuado de estos productos por la población (médicos incluidos).

Mi concepción de los gérmenes es muy diferente a la hegemónica: son nuestros aliados y tienen una misión muy interesante para el ser humano y la resolución de nuestros conflictos.

Yo considero, dentro del abanico de patologías existentes (y los catálogos de enfermedades siguen creciendo año tras año), dos grandes grupos de cuadros:


Las «verdaderas enfermedades», «procesos fríos», que son vividos por la persona como un «hecho traumático», con el sistema de estrés en alerta máxima, con un predominio del Sistema Nervioso Simpático (productor de la tensión muscular y actividad cardiaca, preparándonos para combatir o luchar).


El otro grupo de procesos, los de naturaleza «caliente», yo lo tengo como una «ayuda» al ser humano. Tiende a restablecer el equilibrio tras un proceso frío, de alto estrés. Con el predominio del Sistema Nervioso Parasimpático, se genera un estado de «abatimiento», cansancio, consecuencia del combate de la anterior fase. Y es en estos momentos cuando los gérmenes realizan su trabajo, generando infecciones, colonizaciones, que tienden a destruir acúmulos de células (sobre todo en mucosas) «sobrantes»…

Lo que acabo de describir es una «banalización», una simplificación, de lo que realmente ocurre en nuestros organismos. Estoy convencido de que apoyando a nuestro sistema inmunológico (y no recetando antiinflamatorios, corticoides y antibióticos a destajo, salvo en situaciones en las que sean estrictamente necesarios por el especial y delicado estado de salud de la persona enferma), veríamos no sólo disminuir el gasto farmacéutico en cifras escalofriantes sino mejorar el estado de salud, con la madurez de nuestros sistemas inmunológicos.


El caso es que, durante este mismo día en que se celebra el Día Mundial de la Salud, he leído a través del grupo de trabajo de Salud Verde que el señor Bill Gates, magnate de la corporación Microsoft y uno de los seres humanos más ricos del mundo, ha estado en el Parlamento Europeo y se ha atrevido a realizar un diagnóstico de la realidad desde la premisa de que es necesario controlar la natalidad, que somos muchos los seres humanos en el planeta, que no hay alimentos para todos, apoyando la «mejora» de la Agricultura (no hay que olvidar que este señor invierte en la industria biotecnológica de los transgénicos y que participa como los Rockefeller, Monsanto, Syngenta… en el funcionamiento del Banco Mundial de Semillas de Svalbord) y la inundación con vacunas de la población «Sur» del planeta.


Tanto en el tema de los cultivos transgénicos como en el de las vacunas, ya he expuesto en varias ocasiones mi manera de ver las cosas en este blog, por lo que no voy a redundar en estas cuestiones ahora mismo.

Ayer, oyendo un «informativo» radiofónico, he escuchado que se va a producir (ya se han hecho algunas pruebas «exitosas») una vacuna (en varias dosis) contra el tabaquismo…, que impide que la nicotina pueda acceder al sistema nervioso central con lo que no se producen los efectos «placenteros» del tabaco, con lo cual sería más fácil que el fumador decidiera dejar de fumar… ¿Total?, por unos 1000€ de nada…


Ya me da hasta la risa tonta cuando oigo este tipo de memeces. ¿No tienen otro pito que tocar l@s investigador@s? Bueno, hay que comprender que est@s profesionales no son quienes deciden qué es perentorio investigar, qué se necesita urgentemente investigar. ¿Quién organiza el organigrama de la investigación?: La industria, el sector privado, aquél que va a buscar dónde puede enriquecerse un poco más a costa de la ignorancia de la población, apaciblemente dormida por los bálsamos consumistas.

¡¡¡Humanidad, despierta!!! Se manejan cifras esperpénticas hacia donde nos dirigimos como cordero al matadero:

¿No es para alucinar este vistazo a las cifras? Celebremos pues con «complacencia» el Día Mundial de la Salud. Lanza un «¡¡basta!!» a los incompetentes. Esta forma de hacer Medicina no funciona. ¿Por qué se empecinan en continuar por ese camino?


Otra noticia que leí ayer es que, de un plumazo, la Comisión Europea ha elevado durante tres meses a más del doble las cifras tope para permitir sustancias radiactivas en los alimentos en Europa. Es curiosa la coincidencia con el problema nuclear de Japón y la diseminación de sustancias radiactivas por todo el mundo (ya se han detectado también en observatorios centinela en España: Cáceres, Barcelona, Bilbao, Sevilla, Zamora, León, Oviedo, Valencia, Ferrol…).

Tranquil@s, que los nuevos límites no son peligrosos para la salud… Si esto es así, ¿por qué teníamos los anteriores límites más estrictos?


Sigamos durmiendo…, y vayamos preparando el siguiente Día Mundial por la Salud (¿o toca antes algún otro Mundial?).

Salud para ti y los tuyos.

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