Efectos Adversos de las Inoculaciones Covid (3 de 3)
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En esta tercera y última parte del texto (tras la primera y segunda), continúo exponiendo informaciones sobre efectos adversos de las inoculaciones Covid-19, generalmente no mostradas en su integridad por los medios oficiales.
Como ya es habitual en este blog, y como deferencia a las personas que prefieren escuchar a leer, voy a colgar a continuación el vídeo del texto.
Las personas están muriendo, en el fondo, por patología cardiovascular. Y esto no es un secreto puesto que es la mayor causa de mortalidad en occidente, seguida de cerca por los diversos tumores.
Infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares, otras miocardiopatías, otros fenómenos tromboembólicos… ¿Recordamos cuáles eran los síntomas de las reacciones adversas más graves de las inoculaciones? Pues precisamente fenómenos cardiovasculares de todo tipo, además de alteraciones del sistema inmunológico.
Ahora mismo, hay personas observando minuciosamente los datos de los registros abiertos de los CDC, entre ellos VAERS y los registros de defunciones. Y se está afirmando que:
…se han eliminado de los conjuntos de datos de los CDC 43.935 registros de defunción relacionados con «muertes potenciales por miocarditis, cáncer, pericarditis, conductividad, nefrosis, enfermedades hepáticas y/o linfomas…»
Eso supone un 7% del total de registros de muertes, sin que hayan aparecido caracterizados en otros epígrafes.
Esto me suena a los intentos de esconder las muertes producidas durante los estudios clínicos de Pfizer para su inyectable. Se las ingenian perfectamente para o bien hacer desaparecer casos… o afirmar con rotundidad por parte de los revisores que esas muertes no están relacionadas con el producto que están estudiando. En los documentos de la FDA que ahora están abiertos al público hay ejemplos de los dos tipos de sucesos.
En la siguiente gráfica se observa el exceso de mortalidad desde la semana 14 de 2021: 349.000 personas en EEUU cuya muerte no era prevista por su edad. O sea, que ha habido algún factor que ha incidido en este hecho tan dramático. ¿De verdad que no se les ocurre ningún factor que haya afectado a toda la población desde aquellas fechas?
Vemos también en la gráfica que durante este verano, sobre todo, el nivel de mortalidad es enorme, si lo comparamos incluso con el verano de 2020, el del verdadero mazazo pandémico.
Durante el verano y otoño de 2021, murieron en EEUU 61.000 personas entre 25 y 44 años, un aumento del 84% de sobremortalidad. Más que todas las muertes norteamericanas en la guerra de Vietnam (58.000).
¿Cómo reacciona el sistema médico ante esta epidemia de muertes repentinas? La han bautizado con el nombre de “Síndrome de muerte súbita en el adulto”… y les parece que ya está. Da la sensación de que ya se han quedado más tranquilos cuando le pueden poner un nombre a “esta nueva enfermedad mortal de aparición repentina”. En círculos disidentes se ha preferido utilizar el término “repentinitis”.
Día sí y día también, salen a relucir en prensa y redes noticias como: ha muerto “de muerte natural” un hombre de 40 años, que se desvaneció repentinamente mientras trabajaba, etcétera, etcétera.
¿Qué es eso de muerte natural repentina a los 40 años de edad?
¿Qué se encuentran los patólogos y embalsamadores en los vasos sanguíneos de estos cadáveres? En gran parte de ellos (50-70%) observan y extraen una serie de coágulos fibrosos que no son los típicos que se pueden producir después de la muerte.
Los coágulos sanguíneos normales contienen cantidades de hierro, magnesio, calcio, potasio, zinc… En estas estructuras proteicas encontradas, los elementos citados se ven en cantidades muy reducidas. Son verdaderos tapones que impiden la circulación de la sangre pudiendo generar con facilidad estas paradas cardiovasculares repentinas.
En la Unión Europea, en lo que llevamos de año ha habido un exceso de muertes en niños de 841 respecto a lo esperado, 666 más que en la media del periodo 2018-2021 (un aumento del 381%).
Se ha observado una disminución de la capacidad del sistema inmune a los 8 meses de las inoculaciones, por lo que las personas pueden ser más susceptibles a sufrir infecciones, también por patógenos oportunistas como el herpes y otros.
Se ha publicado un pre-print, todavía no revisado por pares, en el que se ha estudiado a un grupo de adolescentes inoculados con el producto de Pfizer. Se encontraron efectos cardiovasculares en el 29’24% de los adolescentes, que van desde taquicardia, palpitaciones y miopericarditis.
Respecto a los efectos sobre el embarazo, también hay mucho que hablar. Continuamente oímos a los reguladores y asociaciones profesionales de ginecología-obstetricia y pediatría que las inoculaciones son perfectamente seguras y eficaces para administrarlas en mujeres embarazadas.
Pues no es así, por lo menos si nos atenemos al propio estudio de Pfizer sobre 42 ratas hembras. Del grupo de inoculadas con el producto de Pfizer, hubo una mayor tasa de alteraciones congénitas lumbares (295% más) que en el grupo control.
Asimismo, la tasa de “pérdida previa a la implantación” (abortos) en el grupo de ratas inoculadas fue el doble que en el grupo de control.
¿Dónde estuvieron los reguladores para hacer la vista gorda ante estos resultados tan escandalosos? Parece ser que, sin cortarse lo más mínimo, permitieron continuar los estudios a la fase humana (los estudios clínicos) sin intentar profundizar en estas anomalías observadas.
Las cifras de VAERS a finales de agosto eran de más de 4.941 abortos notificados en relación a inoculaciones contra covid-19. Repito aquí el dato de que al VAERS sólo se notifican del 1 al 10% de los efectos adversos reales.
Esta cifra la podemos comparar con los 2.239 abortos notificados en VAERS durante los 30 años anteriores en relación con cualquier vacuna.
También podemos compararlo con la tasa de abortos producidos tras la vacuna de la gripe. En este caso hay un aumento del 1.517%.
En la página 12 del documento de Pfizer de la autorización de su producto por la FDA, en la Sección 5.3.6 que se titula: “Análisis acumulativo de reportes de eventos adversos posteriores a la autorización”, se puede ver que se probó el producto en 274 casos con 270 mujeres embarazadas.
Curiosamente, no se proporcionó ningún resultado en 238 casos. Con lo que quedan sólo 32 embarazos. ¿Y qué resultados hubo?
23 abortos espontáneos.
2 abortos espontáneos con muerte intrauterina.
Entonces, 25 de los 32 embarazos con resultados conocidos resultaron en un aborto espontáneo, lo que representa una tasa del 78%. Estadísticamente, el aborto espontáneo suele ocurrir en el 12-15 % de los embarazos.
- 2 partos prematuros con muerte neonatal.
- 1 aborto espontáneo con muerte neonatal.
- 1 resultado normal.
Como conclusión, podemos decir que de los 32 embarazos con resultado conocido, el 87’5% terminó en muerte del feto o del recién nacido.
La falta de registro y publicación de los resultados de 238 de los 274 embarazos durante un ensayo clínico resulta absolutamente inaudito y poco ético. ¿Dónde siguen estando los organismos reguladores?
Si, además, vemos cómo los CDC han utilizado estratagemas para esconder los casos de abortos en sus propios estudios, como el que publicó en la revista NEJM de abril de 2021, es para darse cabezazos contra la pared.
Calcularon la tasa de abortos espontáneos con las inoculaciones Covid-19 en un 12’5% (104 abortos entre 827 embarazos), algo muy similar a las cifras habituales en mujeres embarazadas.
Pero el estudio quería mostrar lo ocurrido con las inoculaciones en las 20 primeras semanas de gestación. No se les ocurrió otra cosa que incluir en el denominador para calcular la tasa a las mujeres inoculadas en el tercer trimestre (700).
Si se quitan esas 700 mujeres inoculadas en las fases más tardías de la gestación, quedaron 104 abortos entre 124 embarazos, con lo que la tasa de abortos espontáneos durante el primer trimestre resultó ser del 82%.
Engañuflas, juego sucio, intereses por todos los lados. ¿Y esto es la Ciencia?
Por no hablar de la identificación durante unos días del ARNm de las inoculaciones en la leche materna de mujeres a las que se ha inoculado. ¿Qué posibles efectos puede causar esa sustancia en esos lactantes?
¿Es completamente seguro administrar ARNm a los bebés con la orden de construir la proteína espiga en sus cuerpos, inmunológicamente inmaduros? ¿Alguien lo ha estudiado previamente y de forma fiable como para afirmar que es seguro inocular a las mujeres que deseen gestar, durante la propia gestación o en fase de lactancia?
Es igual de seguro que otras afirmaciones que se han ido lanzando permanentemente: que el producto evitaría la infección y el contagio; que se quedaría en el músculo del brazo y que, tras cumplir con su cometido localmente, desaparecería completamente; que era igual mezclar las diferentes marcas de inoculación; que se debía inocular a las personas que ya tenían inmunidad adquirida de manera natural; que se adquiriría la inmunidad de rebaño con el 70% de la población inoculada…
¡¡Cuántas mentiras le han colado a la población, deseosa de una solución a ese gran problema generado!!
Dentro de los efectos adversos de las inoculaciones Covid-19, también se han observado alteraciones de la fertilidad masculina, tanto en número de espermatozoides como en su movilidad durante, al menos, los 3 meses posteriores a las inoculaciones.
Y si hay disminución de la fertilidad masculina, desarreglos menstruales y mayor tasa de abortos entre las mujeres, ¿qué estará pasando con las tasas de nacimiento?
En España, se puede ver en la siguiente gráfica el efecto de la primavera confinada de 2020 sobre el descenso brusco de natalidad en enero 2021, y el también descenso en enero de 2022. Si echamos cuentas atrás, sale abril de 2021 como que algo ocurrió que afectó sobremanera a la natalidad.
Estos datos de los nacimientos en España se pueden observar desde otra perspectiva, relacionándolos con la frecuencia de inoculaciones en 2021, en otra gráfica:
En la siguiente gráfica se observan los nacidos vivos en Suiza entre 2016 y 2022. ¿Qué ha ocurrido en el primer trimestre de 2022? Los niños que debieran nacer sobre esas fechas ¿cuándo deberían haberse concebido? ¿Qué factor de afectación general hubo en la primavera de 2021 en las personas en edad de concebir?
Si se hace el cálculo medio de disminución de la natalidad en ese primer cuatrimestre, es de un 12’5% para Suiza.
En la siguiente gráfica, también de Suiza, se puede relacionar la frecuencia de inoculaciones y los nacimientos.
En Alemania se observa el mismo descenso (alrededor del 11% en el primer trimestre de 2022) en la siguiente gráfica:
Los datos de Alemania desde otra gráfica, relacionando inoculaciones con nacidos vivos.
En todos los países se puede ver el mismo fenómeno de correlación entre frecuencia de inoculaciones y posteriores nacimientos, aunque no en todos con las mismas cifras.
En otro orden de cosas, recientemente, neurólogos del Instituto Nacional de Salud norteamericano (NIH), en un pequeño estudio observacional, han detectado que, en el 52% de las personas observadas que sufrieron de síntomas neurológicos dentro del mes siguiente a la inoculación, se observó neuropatía periférica de fibras pequeñas de origen inmunológico.
Y así, suma y sigue. Todo lo que en un primer momento fue alertado por médicos y científicos precavidos ante la galopada de las farmacéuticas, sus acólitos, los gobernantes y sus “expertos” de cabecera, y fue rechazado sin razonamiento alguno como tonterías y «conspiranoias» de un grupo de «tarados antisistema»… todo ello se va comprobando que era cierto.
Parafraseando a Shakespeare en su “Hamlet”, repito aquello de que “algo huele a podrido en Dinamarca”. Esto, a los daneses no creo que les haga ni puñetera gracia pero en España tampoco sienta muy bien el epíteto de “gripe española” a la pandemia de gripe que hubo en el mundo entre los años 1918-19.
Pues eso, que las inoculaciones huelen a podrido. No se investiga su composición, se ha comprobado que la aparición de reacciones adversas graves está ligado sólo al 5% de los lotes de las inoculaciones. Esos pocos lotes disparan el 90% de reacciones graves.
¿Una imprudencia? ¿Un estudio «bajo manga» sin conocimiento de los países? No tengo respuestas a estas preguntas, pero sí veo necesaria una suspensión de este plan masivo de inoculaciones para poder realizar una investigación en toda regla, profunda, tal y como lo afirman científicos de plena solvencia y sin rastro de conflictos de interés.
Mientras preparaba este texto, me llegó el testimonio de un médico belga prestigioso, relacionado con la investigación médica y pro-vacunas, adalid de las inoculaciones Covid-19. Relataba su propio caso. Se comprende que la descripción de un solo caso no es suficiente como para generar una hipótesis de nada.
El Dr. Michel Goldman, profesor de inmunología y farmacoterapia en la Université libre de Bruxelles en Bélgica, sospecha que su tercera dosis de la vacuna COVID-19 de Pfizer puede haber acelerado su cáncer.
En sólo unos días tras recibir voluntaria y disciplinadamente su refuerzo de la inoculación, su cáncer, un linfoma de células T, había crecido tan rápido que los puntos cancerosos se iluminaban en el escáner por todo su cuerpo, haciendo especial énfasis en los ganglios de la axila del brazo en el que recibió la inoculación.
Dada su formación científica, tras publicar su caso, no ha pretendido sacar conclusiones anticipadas pero incita a la realización de más estudios sobre las posibles consecuencias en personas con enfermedades que afecten a los linfocitos T.
Personas con dotes científicas más consolidadas que las mías, como los doctores Carl Heneghan y Tom Jefferson, del Centro de Medicina Basada en la Evidencia (CEBM), de la Universidad de Oxford, ya han salido en diversas ocasiones a la palestra.
En un texto redactado en agosto pasado, estos científicos acostumbrados a codearse con trabajos de investigación y en la búsqueda de la evidencia en la práctica de la Medicina, al constatar una sobremortalidad del 18% en Inglaterra respecto al promedio de los 5 últimos años, piden que esta sobremortalidad se tenga en cuenta y se investigue seriamente.
Dicen literalmente: [el resalte es mío]
“Se han identificado en décadas pasadas fases con variación en las tasas por exceso de mortalidad. No tenemos conocimiento de que se hayan investigado las causas de las variaciones identificadas ni de que exista un umbral reconocido para iniciar dicha investigación. Esto sólo muestra una falta de interés.
Los aumentos sostenidos de muertes deberían desencadenar una investigación con acceso a los datos sin procesar de los certificados de defunción, muestras aleatorias de notas médicas o el análisis de las autopsias.”
Sólo se necesita querer hacerlo, porque personas capacitadas imparciales, sin conflictos de interés de ningún tipo, las hay, y el presupuesto económico no debería escatimarse después de lo que se han gastado, esa cantidad astronómica de miles de millones de eurodólares forzando a la humanidad a algo sin ninguna garantía.
Mientras las autoridades sanitarias nacionales y/o internacionales no hagan nada al respecto, como rubrican Heneghan y Jefferson, continuarán las especulaciones sobre qué pudo haber dado lugar a todo este follón, sobremortalidad incluida.
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Salud para ti y los tuyos.
Muchas gracias por tu respuesta
Hola, Eduardo.
Gracias a ti por tus comentarios. Siempre intento responder lo antes posible a quienes se molestan en escribir en este blog.
Salud para ti y los tuyos.
Hola dr. Baztán: enhorabuena y gracias por intentar defendernos de la intoxicación física e informativa y de tanta ignorancia inducida; ánimo para seguir en ello.
Dicho esto, me ha llamado mucho la atención lo de las alteraciones lumbares congénitas en ratas porque mi experiencia ha sido la siguiente: A los 2 días después de pincharme tuve 85-90 pulsaciones (65 normal) y dificultad respiratoria unas 2 semanas; a los 18 días, he tenido una lumbalgia bastante fuerte,(durante 45 días); a los 60 días, sangrado nasal, repetido a los 4 días y tensión de 150 y 160 ( habitual 130-135). Todo ello partiendo de que hasta el día de autos me sentía particularmente bien de salud.
Ahora, parece que estoy bien pero con la mosca detrás de la oreja. Un saludo.
Hola, Eduardo.
Gracias por tu comentario.
No te sabría decir la relación de esa lumbalgia que sufriste con la inoculación. En principio, como en todo síntoma, habría que ver otros posibles factores que hubieran tenido lugar en fechas previas (y no solamente esfuerzos físicos). En Psicosomática, las dolencias lumbares suelen estar relacionadas, en el fondo, con diversas tensiones o estreses en el ámbito de las relaciones interpersonales. Es un marco muy amplio, lo sé, pero habría que escarbar en ello.
El dato de las malformaciones congénitas lumbares en las ratas creo que iría por otro lado…
Salud para ti y los tuyos.
Estimado Doctor, muy esclarecedor su artículo.
Mis preguntas son dos.
Han cambiado la vacunación de los bebes recién nacidos suministrando la primera dosis de la triple vírica , a la madre directamente.
¿Cree que es peligroso aceptar esta nueva forma de administrar y si han cambiado sus componentes de siempre …? ya que esto, se ha producido, a partir de la pandemia.
¿ Desaconseja la lactancia en madres vacunadas contra el Covid , antes de la concepción…?
Mi hija va a ser madre y no sé qué la aconsejaría en esta situación tan agobiante sanitariia y mundial tan aterradora y con tanta desconfianza ante lo ocurrido.
Hola, Beatriz.
En primer lugar, agradezco la confianza que depositas en mí al plantear estas preguntas.
Paso a contestar:
* Como no tenía la información de la administración a mujeres embarazadas de la vacuna triple vírica para los niños todavía no nacidos, he mirado en la página web de la asociación española de pediatría. Veo lo siguiente en el punto (10):
Como puedes ver, al menos en España no han cambiado la administración de esta vacuna para inyectársela a la madre embarazada… ¿Dónde, en qué país, la han cambiado?
* Respecto a la lactancia tras la inoculación frente a covid-19, realmente no se sabe cuál podría ser la consecuencia de esa conducta. Se sabe que tanto el ARNm como la proteína espiga generada en el cuerpo de la madre, se va a distribuir por todo el cuerpo, con una especial afinidad hacia órganos reproductores. Faltan estudios serios y largos (de muchos años) para poder comprobar las posibles consecuencias de tal experimento. en estas condiciones, no me veo capacitado para recomendar ninguna de las opciones, lactar o no lactar.
Me parece totalmente imprudente lo que se ha hecho al inocular a mujeres embarazadas o que fueran a estarlo en breve plazo posterior a la inoculación. La lactancia es un acto totalmente necesario para la salud del niño, que le va a aportar no sólo el alimento necesario sino también el contacto afectivo de la madre y el primer soporte inmunológico hasta que el propio cuerpo del niño pueda hacerse con el control del suyo propio.
Siento no poder ser más claro contigo ante esa petición de consejo. Lo que sí aconsejo es que la decisión que se tome, la que sea, no provoque conflicto en la mente de la persona, con ese tipo de diálogos infernales del tipo «y si hubiera hecho esto o aquello…, y si no hubiera hecho esto o aquello…».
Os deseo lo mejor.
Salud para ti y los tuyos.