El Coronavirus y la Conspiración
Imagen de Michael Knoll en Pixabay
¿Cómo va ese confinamiento? ¿Cómo utilizas tu tiempo?… Como tenemos tiempo para dar y prestar, también es posible que, ente otras cuestiones, nos planteemos qué está ocurriendo realmente en el mundo en estos momentos y el porqué y para qué de esta gran crisis mundial que estamos viviendo como protagonistas pasivos.
Y puestos a pensar un poco, es fácil que aparezcan preguntas sin respuesta mezcladas con informaciones de aquí y de allá que nos lleven a diversas teorías. Hoy he escrito un texto para navarradigital.es con este mismo título y que ya hace entrever hacia dónde van los interrogantes. Paso a transcribir el texto:
Se describe a la “Teoría de la Conspiración” como un conjunto de ideas, personas y grupos sociales que generan, fundamentan y difunden una serie de realidades (hipotéticas realidades) en las que siempre existe un poder invisible, detentado por una serie de personas pertenecientes a la casta suprema de la humanidad a lo largo de toda la historia y que, en la actualidad, gobiernan las grandes corporaciones, el tejido industrial, las grandes operadoras de telecomunicaciones, las grandes farmacéuticas, la banca…; en fin, y lo que queráis añadir aquí. La finalidad aparente de todo esto: seguir perpetuándose en la cúspide del sistema, dominando al resto de la humanidad, convirtiéndonos en meros esclavos productores a través de nuestra energía.
En muchas ocasiones, es inevitable mirar de reojo este tipo de planteamientos que se resumen en la serie dinámica que describo a continuación: se crea un problema → se le da bombo → se hace de ello un peligro social → se espera a que la población pida con energía una solución drástica → se le da la solución al pueblo, evidentemente, una solución que va a generar un beneficio directo a las grandes corporaciones o un mayor poder de control sobre la población, limitando cada vez más sus derechos.
Y en esta situación de pandemia mundial en la que nos encontramos a causa del coronavirus, pues también es un terreno muy fértil para plantearnos todo tipo de hipótesis respecto a lo que ha ocurrido y lo que sigue ocurriendo en el mundo.
Como el confinamiento en el que estamos sumidos nos da tiempo para muchas cosas, acabo de leer un artículo en la prensa nacional en el que se afirma que “el coronavirus está poniendo a prueba nuestro sistema”. Y pasa a describir grandes diferencias en el abordaje del problema en Oriente respecto a Occidente. Sobre todo, hace énfasis en la gran diferencia que existe en estos dos mundos dentro del planeta en el manejo de lo que se denomina el “big data”.
El articulista lleva la atención a que en los países de Oriente existe un control digital de la población enorme. Además de que se pueda saber, como en España, el consumo realizado con las tarjetas de crédito por el banco, las compras on-line por las grandes empresas digitales y por los bancos, la geo-localización de nuestro bendito teléfono móvil por las operadoras de telecomunicaciones, los contadores de consumo de electricidad de nuestras casas por las empresas eléctricas…, en países como China, Corea del Sur, Taiwan, Japón, cada vez existe un mayor control de la población; sí, aun en los países de corte más liberal como Japón y Taiwan.
El extremo en el uso estatal de los datos privados lo podemos observar en China, país en el que cada ciudadano debe ser evaluado en cuanto a su conducta social, evidentemente según el criterio del gobernante: si eres dócil, no emites comentarios contestatarios en las redes sino que elogias al régimen, lees prensa afín…, tendrás más puntos positivos y la oportunidad de créditos blandos, recomendaciones de ascenso…; si, por el contrario, protestas, te relacionas con gente “peligrosa” para el régimen, te saltas un semáforo en rojo…, acumularás puntos negativos por lo que, llegado un momento, serás vetado y hasta podrías perder tu trabajo.
En el manejo de esta pandemia por coronavirus, en esos países de Oriente, el control de los datos personales en manos del estado ha beneficiado un control sobre las personas, identificando portadores del virus, avisando a las personas que han contactado con ellos (todo absolutamente controlado por algoritmos) de que se retiren a sus casas para una cuarentena, que será férreamente controlada a través de esa red digital que por allí se está implementando ya y que dentro de poco, si alguien no lo remedia, nos veremos abocados a sufrirla aquí también. ¿Os suena la red 5G?
Entre el 18 y el 21 de Noviembre pasado (2019), 24 de Noviembre y 25 de Diciembre, el Instituto Nacional de Estadística (INE) controló los datos de nuestros teléfonos móviles que le dieron los actuales propietarios de las redes de telecomunicación (Movistar, Orange y Vodafone). También estaban previstos en el acuerdo otras dos fechas: el 20 de Julio y el 15 de Agosto de 2020. Y esto nos costó a los españolitos de a pie, la broma de 500.000€. Además de puta (el control sobre mis datos sin mi permiso), encima tengo que poner la cama (la bonita suma de medio millón de euros)…
Hace un par de días, leí en la prensa lo inminente de un programa gubernamental de prueba en Valencia en el que se va a controlar el movimiento de las personas a través de sus teléfonos móviles, de cara a entender los movimientos de las personas y poder combatir la expansión del coronavirus.
¿Qué se nos avecina? A que parece típicamente conspiranoico…
(continuará)
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