Entre la Vida y la Muerte
(imagen tomada de aquí)
Siendo una realidad innegable, cada vez la veo más clara: estamos viviendo entre la vida y la muerte, logrando durante el proceso una suerte de equilibrio, las más de las veces, inestable.
Y durante este recorrido vital, podemos percibir la sombra de un acompañante persistente y, también las más de las veces, inoportuno: el miedo. Otra cosa muy clara: el miedo, aunque su cercanía y su contacto nos descoloca, a la vez nos provee de una información muy interesante, pues nos sirve, además de agarrarnos a la vida (es nuestro principal mecanismo de supervivencia en esta vida) como sistema avisador principal.
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¿En qué consiste su misión avisadora? Muy sencillo. Nos para en el camino, dándonos tiempo para que nos replanteemos nuestra situación en el camino en el que estamos transitando. Para que generemos consciencia de lo que estamos viviendo. Una vez esto claro, esto es: siendo consciente de que en este momento de mi vida «estoy en el camino adecuado»…, o de que «no estoy en el camino adecuado», dependerá de las herramientas que cada uno posea para vérselas con el avisador, con el miedo.
Y ahí hay dos grupos de personas perfectamente definidos: los que pueden afrontar el miedo cara a cara, y las personas que pueden sucumbir si se meten en las fauces del lobo…
Los psicólogos insisten machaconamente en la necesidad de afrontar nuestros miedos, sin ningún tipo de distinción sobre a qué tipo de persona le están hablando. Diseño Humano nos muestra fácilmente quién puede disponerse a la lucha contra el miedo y a quién le vendría mejor otro tipo de estrategia (te reconozco pero no te miro) de cara a vivir en este camino de la vida sacando partido de las informaciones que nos aporta este compañero de viaje.
Y luego, en la consulta, veo casos muy dispares en la forma pero que, fácilmente se puede vislumbrar la presencia del miedo…, con el trasfondo de la muerte. Desde la persona mayor que queda viuda y que se queda bloqueada a la hora de vivir su duelo por la pérdida, hasta la persona que está aterrorizada al volante de un coche (la persona que no se atreve a tomar el mando de su propia vida)…
Detrás de todo este tipo de historias, siempre vemos las influencias, lejanas pero presentes, de procesos que han quedado sin vivir de una manera adecuada en generaciones atrás, manteniendo una energía de drama en el ámbito familiar, y que, al paso de los años y las generaciones, queda en el saco del olvido…
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En esta vida, nuestro «alma», el ser humano que llevamos dentro, y que es igual, en esencia, al ser humano que vive en el ropaje del vecino…, posee una vestimenta, un ego, una manera de ser individual, con unos rasgos faciales, corporales, una estatura, un color de ojos…, y todo ello nos viene a través de nuestro código genético, un cruce perfecto, al 50%, de los códigos genéticos de nuestros padres.
Nuestros padres, a su vez, recibieron la información de los suyos…, y así hasta el inicio de la especie… A esto se le llama «pertenencia» al sistema familiar. y, en ese sentido, somos la consecuencia de nuestro sistema familiar.
Si he heredado odio retenido porque al bisabuelo se lo cargaron injustamente en la guerra de turno o en cualquier otra situación, ¿cómo sorprendernos que «este chiquito» sea un broncas o que tenga mal carácter?
Si mi tia abuela murió en el parto junto al recién nacido, ¿por qué extrañarme de que esta mujer tenga miedo a tener hijos y que decida, las más de las veces justificadamente pero también forma inconsciente, no tenerlos? Y, a lo mejor, elegirá a una pareja estéril o cualquier otro tipo de táctica de cara a conseguir el resultado final y no pasar por el posible «peligro de morir» en el trance de parir…
(imagen tomada de aquí)
Bueno, que me pongo a escribir y no sé parar… Con esta entrada, quiero mostrar que, en la realidad de esta vida, limitada por una meta tan temida como es la muerte, vivimos una serie de hechos y circunstancias que no podemos pasar por alto si lo que pretendemos es sacar máximo provecho a esta existencia.
Cada vez tenemos más herramientas para favorecer que esto sea de esta manera…; pero, en primer lugar, tendremos que hacernos un poco más de caso a nosotros mismos y escuchar las lamentaciones de nuestros cuerpos, las más de las veces, en un idioma que no llegamos a entender…
Salud para ti y los tuyos.
Hola Silvano,
El miedo lo tengo muy presente durante estos días, y no precisamente a la muerte, que parándose a reflexionar es lo único seguro y por lo que menos nos preocupamos hasta que ya es demasiado tarde.
Lo tengo presente en mi camino de proyecto vital, pero sobre todo lo siento al interactuar con el entorno, al contar a otros mis sueños e ilusiones.
En su libro «La geopolítica de las emociones», Dominique Möisir, dice que el miedo se ha implantado en occidente y que por primera vez en la historia, los europeos creen que sus hijos vivirán peor que ellos, eso es lo que respiro.
Es entonces cuando no sé como enfrentarme a él, cuando me bloqueo y paralizo, y leyéndote miro a mi interior y sé que tengo herramientas para combatirlo.
Muchas gracias por el post, leyéndolo tengo menos miedo.
Jose Antonio.
¡Hola, Jose! Ahora mismo no tengo a mano tu mapa de DH pero es fácil observar, en ocasiones, sobre todo cuando el centro del Bazo lo tenemos en blanco (sin definir), que ciertas compañías o lugares pueden provocar que nosotros captemos «su» miedo…
En este tipo de casos, lo necesario es ser conscientes de que ese miedo que notas en tu interior no es tuyo sino una resonancia directa del miedo del otro. Así que, en plena consciencia, media vuelta y a por otra persona con la que puedas compartir tus proyectos sin que te intoxique con un material (el miedo) que lo único que va a provocar en ti es zozobra e inoperancia…
Buen caminar, Jose.
Salud para ti y los tuyos.
Muy interesante, Silvano. Justo este fin de semana he participado en un taller de constelaciones familiares donde he visto algunos caso de los que tu comentas: el tema de la guerra, por ejemplo.
Por otro lado, hablas de los dos tipos de personas del Diseño humano en cuanto a enfrentar los miedos. ¿cómo podemos detectar esos tipos?
Gracias y un saldo.
Amaia
¡Hola, Amaia! Gracias por tu comentario. Todas las personas que hemos experimentado (nos hemos atrevido a experimentar) las Constelaciones Familiares hemos constatado de manera continua este tipo de hechos que empapan nuestras vidas y se quedan acomodados en nuestro interior, haciendo que hagamos cosas o evitando enfrentar temas de manera inconsciente, irracional…
Respondiendo a tu pregunta, si en un mapa de Diseño Humano vemos que el centro del Bazo, el de la izquierda del todo, está definido (coloreado), vamos a tener más herramientas (en general) para afrontar el miedo que si el centro está sin definir (en blanco).
Salud para ti y los tuyos.