Epidemiología y Coronavirus (2)
(Tiempo estimado de lectura: 6 minutos)
Con este nuevo texto, cierro esta serie de artículos sobre Epidemiología que he venido escribiendo («Epidemiología y Coronavirus» y «Epidemiología y Coronavirus (1)» y publicado en navarradigital.es.
Respecto a este tema epidemiológico, quedo a la espera de lo que nos vaya diciendo el estudio que ha encargado el Ministerio de Sanidad para mostrar la prevalencia entre 60.000 – 90.000 personas de todo el país.
Tras haber iniciado en mi anterior artículo, “Epidemiología y Coronavirus (1)”, una exposición sobre las declaraciones de un experto mundial en Epidemiología, el Dr. John Ioannidis, me dispongo a completar el panorama que dejé inconcluso por la longitud de su contenido.
Siendo la familia de Coronavirus un grupo de virus muy frecuente de causar cuadros respiratorios semejantes a la gripe en las estaciones frías, el Dr. Ioannidis insiste en que no se han estudiado como corresponde. Estos casos, llamemos “pseudogripales”, que conducían a la muerte a algunos enfermos, tradicionalmente han engrosado las cifras anuales de mortalidad por gripe.
Este epidemiólogo ha realizado un discutido estudio en Santa Clara (California) en el que concluye lo siguiente: Alrededor de 54.000 personas fueron infectadas en dicho condado, frente a los 1.000 casos positivos declarados oficialmente.
Este estudio indica que el contacto con el coronavirus es mucho mayor entre la población que lo confirmado por los recuentos oficiales. A los pocos días, se dio a conocer otro estudio similar, esta vez en el condado de Los Ángeles (California), con resultados muy parecidos al del Dr. Ioannidis.
Los estudios de prevalencia, que indican la proporción de población que ha tenido contacto con el germen, son muy importantes pues van a suavizar sustancialmente las tasas de mortalidad. Actualmente, se han tomado como infectados, en el denominador de la tasa de mortalidad, únicamente los casos que han dado positivo en los tests realizados.
Hago un inciso sobre los resultados de otros estudios de prevalencia, todavía si revisar “por pares” (por otros equipos de científicos), que están apareciendo por todo el mundo:
- Barcelona: horquilla entre un 5 y 11%, según dos estudios.
- Nueva York: 12’3% en todo el Estado, y 19’9% en la ciudad.
- Bérgamo (Italia): una horquilla entre el 4’4 y 18%, según dos estudios.
- Galicia: 1%.
- Dinamarca: 1’7%.
- Kobe (Japón): 3’3%.
- Boise (Idaho, EEUU): 1’79%.
- Gangelt (Alemania): 15’5%.
En España, estamos a la espera del estudio que el Ministerio de Sanidad ha iniciado el 27 de Abril pasado, con una gran muestra (60.000-90.000) por todo el territorio nacional. A ver qué nos cuenta.
Siguiendo con las estimaciones del Dr. Ioannidis, la probabilidad de morir por coronavirus desciende 50 veces de los cálculos iniciales, que ya da una mayor tranquilidad, aunque tendremos que esperar a los resultados de otros estudios más amplios y definitivos para terminar de hacer una comparación real con la tasa de mortalidad de otras afecciones virales como, por ejemplo, la gripe.
Este epidemiólogo ha insistido desde el principio en el perjuicio del aislamiento social en cuanto al incremento de depresiones, cuadros de ansiedad, suicidios, violencia doméstica… Relata también que en EE.UU. se ha disparado la venta de armas (apunto yo que se han vendido al menos 1’9 millones de armas durante el mes de marzo). ¡¡Impresionante!!
En otro orden de cosas, el Dr. Ioannidis es partidario de darle más importancia al concepto “años de vida perdidos”, en contraposición al de tasa de mortalidad, dado que estima que la gran mayor parte de fallecidos por esta epidemia están en una franja de edad muy alta. Son personas que, si no se hubieran muerto por este virus, lo habrían hecho algo más tarde por otras patologías que padecían previamente.
Al hablar sobre el comportamiento de personas jóvenes frente al coronavirus, afirma que se han visto jóvenes que lo han eliminado totalmente sin generar altas tasas de anticuerpos. Y aquí enlaza con la opinión de los CDC (Centro de Control de las Enfermedades) estadounidenses y de la Fundación Bill & Melinda Gates, que están “en contra de volver a la vida normal hasta el desarrollo de la vacuna”.
El Dr. John Ioannidis rebate dicha opinión, considerando que el aislamiento, aunque haya sido beneficioso para evitar una mayor y dramática saturación de nuestros sistemas sanitarios, va a alargar innecesariamente el contacto con el virus, al impedir la generación de la inmunidad comunitaria. Y repite, asimismo, las demás consecuencias perjudiciales (ya enumeradas previamente) que provoca este aislamiento.
Insiste en que “estamos creando un ejército de personas sin empleo, sin salud, sin hogar… en clara desventaja ante una pandemia”.
Habla también sobre la dificultad que los científicos han tenido, hasta la fecha, a la hora de dar con una vacuna eficaz contra los coronavirus. Hace referencia a intentos utilizando gatos, en los que la vacuna les generaba una reacción inflamatoria enorme, con lo que los gatos vacunados morían en una proporción mayor que los gatos no vacunados.
Durante esta epidemia se está viendo en los pulmones de una proporción de casos graves importante, a lo que se ha denominado “tormentas de citoquinas” (una invasión de moléculas pro-inflamatorias). Dado que en una parte de los afectados el mayor problema médico consiste en una hiper-reacción inflamatoria, del propio sistema inmune, implementar una vacuna que aumente ese mismo factor no es una buena decisión.
Una vacuna necesita una evidencia de seguridad muy importante, muy sólida, y no podemos esperar el tiempo necesario (12-18-24 meses) para llegar a ello manteniendo en aislamiento a la población, poniendo en peligro nuestra salud, nuestra economía y nuestra sociedad, con consecuencias mucho peores que las peores cifras de la pandemia.
Hace mención también al vínculo que existe entre los coronavirus y la familia de virus influenzae, y lanza la posible idea de que esos dos tipos de virus puedan pugnar por un mismo nicho, por un mismo espacio. De hecho, hace referencia el Dr. Ioannidis en la entrevista a un estudio sobre militares norteamericanos en los que se vio que los vacunados frente a la gripe estacional tenían un 36% mayores posibilidades de ser afectados por coronavirus.
Tanto en los medios de comunicación como en internet, estoy leyendo cómo la gran mayoría de artículos, noticias, comentarios, se dirigen o construyen el trasfondo de un escenario de espera hasta que llegue la anhelada vacuna como la única solución a lo que está sucediendo en el mundo; lo que es (bajo mi humilde opinión) absolutamente irreal por erróneo.
Frases como “el mundo no va a ser ya nunca el mismo”…, “la vacuna frente al COVID-19 podrá salvar a la humanidad de la pandemia”… están a lo orden del día, grabándose “a fuego” en las mentes de las personas que leen o escuchan sin más perspectiva que la versión que los medios digan.
En la profundidad de lo que nos está tocando vivir hay muchas realidades ocultas (por ocultadas), que no llegan al gran público; a la vez que las opiniones que no sintonizan con el “Gran Hermano” son agraviadas, cuando no eliminadas de los medios. En esta sintonía están Youtube, Facebook, Google… remando a la vez, siguiendo las indicaciones de quienes detentan los hilos con los que se maneja el destino de nuestro día a día.
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