Hombre Rico, Hombre Pobre

HOMBRE RICO, HOMBRE POBRE

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Tras una semana lluviosa y algo fría, acabo de leer un artículo en «El Periódico» que me ha parecido como muy esclarecedor sobre una faceta de la situación mundial en la que vivimos. Y el periodista lo ha titulado «Armas para los pobres, vacunas para los ricos».

Comienza el articulista mostrando una realidad que, generalmente, o no queremos ver o simplemente no nos importa mucho, porque no percibimos que nos afecte en nuestra vida cotidiana. Dice: «a los más pobres les mandamos armas para que se maten entre ellos o para que otros lo puedan hacer en nuestro nombre».

Y aporta una cifras que ponen los pelos (quien los tenga) de punta: en 2019, la venta de armas (361.000 millones de dólares) aumentó un 8’5% respecto al año anterior. Y los cinco países que poseen derecho de veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, los países que deberían impulsar y desarrollar la paz, junto a Alemania, son los principales vendedores de armas. Y en esta penosa lista-ranking, España ocupa entre el 7º y 10º lugar, independientemente de quien gobierne.

Y me pregunto yo: ¿dónde está nuestra moral como seres humanos? ¿Aún tenemos que perder el tiempo pensando a quién votar cada pocos años en nuestro sistema «democrático liberal»? ¡Ojo!, que en los países de corte socialista, es exactamente igual-.

Si pasamos al monotema pandémico, y ahora con el subtema de las vacunas para la Covid-19, el periodista aporta unos datos también muy sugerentes para diagnosticar la realidad que impera en el mundo rico. Siendo éste una minoría respecto a la población mundial (sólo somos el 14% del total), vamos a acaparar el 53% de las vacunas «punteras» en esta loca carrera hacia la meta inmunológica.

En este frenesí por la vacuna, 9 de cada 10 personas en los países pobres no van a recibirlas. Los países ricos se han asegurado dosis para vacunar tres veces el número total de sus habitantes. La totalidad de las dosis de la vacuna de Moderna y el 90% de las de Pfizer/BioNTech están ya reservadas (vendidas) a los países ricos.

Y aquí no hablamos ya de las dificultades económicas (lo que se va a tener que pagar por cada vacuna) ni las dificultades logísticas de las cadenas de frío a mantener, ni mucho menos si es necesario que se vacune todo el mundo (por ejemplo, en el continente africano la mortalidad por Covid-19 es muchísimo menor que en el «primer mundo»).

Si sigues mis escritos, sabrás que no soy partidario de vacunaciones masivas indiscriminadas, pero ahora no estoy hablando de esto, pues también respeto que las personas y pueblos que decidan, puedan vacunarse… pues están en su derecho. No, aquí estoy hablando del puro negocio que se está haciendo con la salud; y, de nuevo, la discriminación de las personas por su poder adquisitivo (que generalmente viene asociado con cuestiones raciales, etc).

Y no hay que perder de vista, que las empresas farmacéuticas, al menos las que más están sonando en los medios, han recibido 5.000 millones de dólares de dineros públicos

Sigo pensando que cualquier empresa cuyo beneficio económico dependa de que las personas enfermemos… no pinta nada bien. Más, si cabe, sabiendo que son empresas que llevan a sus espaldas multas milmillonarias por engaños a la sociedad que confía en ellas y consume sus productos.

Con su permiso, que no cuenten conmigo.

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Salud para ti y los tuyos.

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