La Telefonía Móvil
Voy a realizar una mezcla de dos noticias, una que me ha llegado desde los amigos de «picoantenasenpamplona» (haciendo referencia a un artículo que salió al aire en el diario digital «eleconomista.es» el 6 de este mes de Mayo) y otra en forma de anuncio comercial que he visto en el blog siempre interesante de Juan Carlos.
La noticia muestra la dinámica de locura que está ensamblada en nuestra sociedad «desarrollada». Ante la previsible saturación de las actuales antenas de banda ancha, y la «necesidad» de sembrar más antenas en nuestra geografía, ¿a que no sabéis (ni se os puede ocurrir) en qué bolsillo están planeando buscar la financiación correspondiente? Pues en el de todos los contribuyentes, dado que solicitan apoyo económico a través de incentivos fiscales para las empresas de Telecomunicaciones. Como si el gasto no repercutiera luego en los usuarios en forma de tarifas elevadas (por qué no compararlas con las de otros países de la «eurozona», como les gusta nombrarlos).
Hasta aquí el tema estrictamente económico, pero ya a casi nadie se le ocurre comentar (salvo a cuatro-locos-radicales-enemigos-de-la-modernidad, entre los que me incluyo) lo salvaje de diseminar focos de emisión de radiofrecuencias indiscriminadamente por nuestras poblaciones, propagando desde éstos ondas de cada vez mayor penetrabilidad en nuestra propia estructura corporal.
Para el que quiera atiborrarse de lectura científica, hay muchísimos trabajos serios que, ante los cambios observados en sustancias vivas en su interacción con radiofrecuencias, recomiendan la precaución suficiente para poder determinar con más claridad todavía el posible, probable, claro (esta calificación depende, eso sí, del grado de concienciación y beligerancia, nada científica, de cada individuo frente al tema) efecto del mundo de las ondas sobre el ser vivo. Los estudios científicos encargados por la propia Unión Europea van por ahí, concluyendo en términos de prudencia…
Otra cuestión es que la propia Industria de Telecomunicaciones, con sus estructuras de «lobbies» ampliamente desarrolladas para comerle la oreja al gobernante de turno, buscando sus debilidades, sus mayores sensibilidades para ofrecerle la zanahoria adecuada en el momento adecuado, logren tapar estas reivindicaciones con montones de estudios (sufragados por la propia Industria), reuniones, congresos, conferencias, en los que se desprecia, critica, ataca a quien ose intentar limitar su negocio (perdón, quería decir su plan permanente de mejora en el desarrollo técnico del ser humano del siglo XXI, no sé en qué estaría yo pensando…).
Y para guinda de este pastel, os voy a dejar un vídeo cortito pero convincente de las nuevas aportaciones de la Industria de las Telecomunicaciones al bienestar del humanito de a pie de este comienzo de siglo XXI.
Salud para ti y los tuyos.