Más sobre el Cáncer
(imagen tomada de aquí)
Lo prometido es deuda…, y así continúo hoy comentando un poco más sobre este tema que, cada vez con más frecuencia, se introduce en nuestros entornos, en nuestras familias, en nuestras conversaciones.
Voy a confesaros que en mi quehacer profesional, a lo largo de los años, me he topado en muy escasas ocasiones con personas aquejadas de este tipo de proceso, y en mi interior lo he agradecido…
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En mi formación después del Doctorado en Medicina y mis estudios de Medicina Tradicional China, al estudiar la Terapia de Polaridad del Dr. Randolph Stone, ya escuché sobre las teorías heterodoxas del Dr. Hamer en relación a los tumores cancerosos, y me parecieron creíbles, porque me llevaban al funcionamiento de nuestro cerebro arcaico en su necesidad de reparar procesos. No hay que olvidar que nuestro cerebro, en su funcionamiento básico frente a la supervivencia, se comporta como si continuáramos viviendo en la cueva prehistórica.
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En este momento, cuando estoy en contacto con el Dr. Salomón Sellam y la Descodificación Psicobiológica, surge de nuevo con fuerza esa visión «diferente» a la hora de ver la realidad de los cánceres.
Una de las ideas clave de estos fenómenos es que no hay tumor canceroso sin un proceso de alta intensidad de dolor vivencial, en un conflicto vivido en aislamiento, con la sensación de imposibilidad de solucionarlo. Hay, com en toda regla general, alguna excepción en la que el tumor es generado por un continuo «goteo» de situaciones repetitivas durante años…
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Y lo más «ridículo» de este tipo de procesos, es que la persona lo vive así, con esa carga de profundidad, como si estuviera anclada a su infancia, cuando tuvo una vivencia amarga relacionada temáticamente; o, más «loco» todavía, resonante con algún suceso dramático de índole semejante impregnado en la memoria inconsciente del clan familiar, aunque el suceso causal hubiera acontecido varias generaciones atrás… Esto es muy frecuente de comprobar en las Constelaciones Familiares (Bert Hellinger).
Nuestros cerebros, como los grandes ordenadores centrales de nuestra existencia corporal, intentan, a través de la proliferación celular de órganos, vísceras o tejidos celulares concretos, «sanarnos», arreglar la situación que la persona no ha podido solucionar en su vida, a través de las funciones biológicas de esos grupos celulares, aunque pueda con ello causarnos la muerte.
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Así, una leucemia, con esa generación alocada de leucocitos, las células defensivas sanguíneas, representará la imposiblidad de esa persona de haberse defendido de un ataque personal, de una situación…, pero siempre con alta intensidad de tensión…
Un cáncer de estómago, clarísimamente nos hablará de una incapacidad de aceptar algo potente para el individuo, a través de otra persona, de alguna situación difícil…
Un sarcoma de rodilla nos llevará a un proceso de sumisión, de obediencia a otra persona (autoridad, padre, jefe…) en un contexto de impotencia, de no poder sino sufrir el proceso. Pero, seguramente, aunque la afectación sobrevenga en un adulto, en la adolescencia habrá habido antecedentes de esta guisa en la relación con el padre, madre, el líder de turno…
No es cuestión ahora de escribir aquí un «vademécum» entre los posibles diagnósticos médicos, pues en cada caso hay que buscar la propia historia con la que la persona sintonice, para ayudarle a soltar esa ligazón a clichés caducos que han quedado anclados en su disco duro, en los entresijos de nuestros cerebros inconscientes…
No quiero decir con este texto que la alimentación, el modo de vida, la contaminación, el tabaco, los químicos…, y todo lo que queráis aquí incluir, no tengan nada que ver con la realidad de los cánceres… Más bien, mi interés era mostrar esa otra faceta que actualmente la Medicina es totalmente refractaria a reconocer como factor importante en la génesis de los tumores cancerosos.
Salud para ti y los tuyos.
He dado con esta página porque una amiga mía, que me quiere bien, me la ha facilitado. Os doy mi más sincera enhorabuena por vuestro trabajo. Acabo de cumplir 50 y he vivido mi propio proceso espiritual, vivenciando la sanación por imposición de manos y compartiendo 6 años de mi vida en una Comunidad. He pasado 2 cánceres de mama y conozco perfectamente qué lo originaron; fueron 2 momentos claves de fractura emocional y animo a todas las personas a prevenir las consecuencias de estas fracturas con los trabajos de conocimiento interior antes de que se somaticen en el cuerpo. Lo que he visto en vuestra web son unas buenas herramientas para ello. Os felicito de corazón y espero conoceros en alguna ocasión.
¡Hola, Ester! Muchas gracias por tu testimonio y por tus palabras respecto a la web. Intento con este trabajo ser servicio para quien busca otras maneras de hacer frente a sus procesos…
Salud para ti y los tuyos.