Muerte y Vida

(imagen tomada de aquí)

 En esta parte del mundo occidental, las fechas en las que vivimos nos resuenan a religión. Y es que, tras la experiencia de los carnavales, con su particular explosión festiva, y el posterior recogimiento interior del tiempo de Adviento, se celebra el proceso de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, el Dios hecho hombre del cristianismo. La tristeza y pesadumbre por el abandono del Maestro se torna en la esperanza y alegría de la Pascua.

Hasta aquí lo que nos ha llegado de la tradición cristiana imperante en esta región. A continuación, voy a describir mi actual experiencia, que tiene algo que ver con lo anteriormente relatado.

Llevo muchos años en la búsqueda interior, el trabajo de "crecimiento o desarrollo personal", como se dice por ahí. Y en todas las disciplinas que he tocado he sacado provecho. En primer lugar, he podido reconocer una estructura defensiva (protectora, más bien) que se ha creado en mí desde mi más tierna infancia por las dramáticas vicisitudes vividas. En segundo lugar, he ido logrando, poco a poco, serenar a ese niño autoprotegido y colocarlo más frente a la esperanza de conseguir vivir una vida más abierta y esperanzadora…

De alguna forma, mi recorrido ha consistido en pasar de la muerte simbólica a la vida. No es que haya estado muerto y haya resucitado sino que, desde la estructura defensiva infantil, no he podido estar en contacto pleno con las posibilidades reales que ofrece el estar abierto al mundo. Y todo este recorrido me ha servido para poseer una herramienta interesante con la que ayudar a las personas que se han acercado a mí con la intención de salir del atolladero en el que se encontraban, unas veces físico (con síntomas de una enfermedad), otras vivencial (con conflictos de relación personal, problemas laborales, de dirección en la vida…).

COSNTELACIONES FAMILIARES

(imagen tomada de aquí)

El destino me ha colocado ante una persona con la cual he descubierto la fuerza de la "energía sistémica" a través de la pertenencia al clan del que procedemos (las Constelaciones Familiares), y he tenido experiencias prácticas reveladoras, tanto en mí como en las demás personas, de cómo influye esta cuestión en nuestras vidas, siempre soterradamente, desde la profundidad de nuestro inconsciente.

Recientemente, en un taller terapéutico con el Doctor Salomón Sellam, he identificado otro eslabón perdido en mi inconsciente: un drama vivido en mi más tierna infancia que se relaciona con un padecimiento orgánico que se ha desarrollado a lo largo de mi vida. Otra piececita del puzle al descubierto…, y relacionada, interactuando y retroalimentándose con las demás… (Como para no aburrirse).

Soy un ejemplo viviente de una persona afectada por múltiples conflictos que se han imbricado entre sí, organizando un ser humano recio, fuerte, estable…, con un interior altamente sensible. Como culminación del proceso, un objetivo hacia adelante: optar por la vida, por el disfrute, en plena consciencia. Ya está bien de mirar a "la muerte" y su séquito grisáceo y temeroso.

¿Resultado?… ¡¡Interesante!!

Salud para ti y los tuyos.

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