Primer paso, conocerse (2)

(¿Dispones de 2 minutos para leer este texto?)

Como ya es habitual en este blog, y como deferencia a las personas que prefieren escuchar a leer, voy a colgar a continuación el vídeo del texto.

En el anterior artículo he hecho referencia a la dificultad en las relaciones humanas, centrándome sobre todo en el emparejamiento.

Dejaba caer que nos emparejamos muy pronto, antes de lograr esa madurez que quisiéramos compartir con la otra persona. Se trata de adquirir eso que se ha llamado «autoconocimiento» antes de lanzarnos alocadamente hacia nadie. Para mí, éste es el primer paso a conseguir.

Desde la antigüedad se ha hecho énfasis en este «conocerse a uno mismo». Basta recordar que este lema estuvo grabado desde la antigüedad en el frontispicio del templo de Apolo en Delfos, famoso por su oráculo.

¿Y cómo se llega a ese autoconocimiento? Pues mirando hacia adentro, identificando procesos y características propias, aceptándolas, aceptándonos como poseedores de ellas, amándonos a nosotros mismos con ellas.

¿Y cuál es el punto de referencia para guiarnos y no autoengañarnos (cosa sumamente fácil) en ese proceso de identificación/aceptación? Desde la antigüedad se ha utilizado la Astrología, la Cábala, el I-Ching… En cada núcleo de cultura antigua se utilizaban herramientas de este tipo para lograr esa mirada hacia adentro.

En mi práctica médica, hace ya más de 25 años que uso la Carta Astral en el proceso de atención a las personas que han acudido a mí en petición de ayuda. Hace 20 años añadí como herramienta Diseño Humano, y hace unos 10 años que también tengo presente la estructura numerológica de las personas.

Uno de los servicios que ofrezco de cara a lograr este autoconocimiento del que hablo, y que me parece fundamental que cada cual nos enzarcemos en ese proceso, es la descripción de nuestros mapas natales. Para que te hagas una idea, puedes ver este vídeo corto que dejo a continuación.

Es una especie de «atajo» desde el que se nos da información no para creérnosla «a pie juntillas» sino como referencia a la hora de explorar en nuestras propias vidas. El autoconocimiento, desde el punto de vista teórico, puede llevarnos toda una vida, pero mal le iría a nuestra especie si nos emparejáramos ya octogenarios. En unas pocas generaciones se acababa el circo.

Éste es el primer paso: conocernos a nosotros mismos. Y una vez que estamos en esa faena, poder compartirnos con alguna otra persona con la que se siente una atracción. Nos podemos sentir atraídos por el sexo (generalmente el contrario pero, para gustos, los colores), por alguna cualidad que vemos en la otra persona y que nos parece que no poseemos, por flechazos irracionales, etc.

Creo que se ha idealizado el amor de la pareja; puede dar lugar a enganches. También una persona puede arrimarse a otra a la sombra de su seguridad… pero si continúo por esta senda ya nos estaríamos introduciendo en el siguiente paso.

Como adelanté en el anterior texto, he organizado un taller vivencial respecto al tema «pareja» que va a tener lugar a finales del próximo mes de septiembre y del que iré dando información.

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Salud para ti y los tuyos.