Reflexiones en Julio
Desde mi retiro en el pueblo, os voy a dar cuenta de dos hechos de muy alta trascendencia para el común de los mortales y que han ocurrido en esta primera parte del mes de Julio:
- Parece ser que el equipo representante de España en el Campeonato Mundial de Fútbol, celebrado recientemente en Sudáfrica, resultó vencedor tras unos días de un «sinvivir» del personal cuando se acercaban las horas del día en las que se retransmitían los partidos correspondientes en las sucesivas fases del campeonato…
Pues, a riesgo de ser tildado de cualquier cosa, no me he apuntado a ese barco. Aparte de que el fútbol no es un espectáculo que me entusiasme y de que no hay televisión en mi casa (os animo a engrosar la experiencia), me importa un carajo que el equipo representante de un Estado (se llame España o Nigeria) se lleve un trofeo como mejor grupo de personas que manejan un balón en un trozo de césped. Y si os fijáis, digo «el equipo representante de…», que no el país España (o Nigeria).
Señores míos, volvamos a la realidad palpable de un país millonario en parados, aunque estemos en verano y nos apetezca un poco de bulla dentro de la mayor de las tranquilidades que conlleva para el ciudadano común eso de no ir a trabajar (curiosa contradicción, hablando de quejas por la magnitud del paro…). A esta norma tampoco me apunto (¿seré ciertamente un bicho raro…?) pues, para mí, «trabajar» no supone un «trabajo».
Y hablando de verano, paso al segundo tema que os quiero comentar: Los Sanfermines.
- Soy nacido en Pamplona, y he vivido, estudiado y trabajado muy a gusto en esta tranquila ciudad durante toda mi vida (actualmente llevo más de siete años en un pueblecito de la comarca que rodea Pamplona, la Cuenca de Pamplona). Llegan estas fechas de la primera quincena de Julio, con los Sanfermines a cuestas (que abarcan, año tras año, invariablemente, desde el 6 al 14) y la ciudad se transforma.
Ahora sí que no tengo perdón: se me puede disculpar que no me guste el fútbol, que no vibre con «la roja», pero ¿que tampoco alabe las cuantísimas cualidades de nuestros «sanfermines», sino más bien, al contrario, los critique de alguna manera?… ¡¡Anatema!! Pues va a ser que no me visto de blanco y rojo, que no me apetece bailar al son del anárquico ritmo temporal que marca esta fiesta, generando jolgorio, alborozo y malos olores por todo el centro de la ciudad...
Desde los calificativos de «guiri» de mi querida cuñada (no se cansa de repetírmelo cada año cuando me ve vestido de «normal» entre tanto blanco y rojo…), «australiano» de un conocido ocurrente al cruzarnos por la calle…, todo lo asumo como lo que es, pero la gente no se da cuenta de lo que sucede durante estos días de descontrol…, o si se da cuenta, se la «refanfinfla».
El caso es que «hay que» estar contento…, porque son las fiestas; «hay que» beber hasta que se nos salga por las orejas…, porque son las fiestas (y no hay que olvidar que la climatología ayuda); «hay que» vestirse de blanco y rojo y ceñirse un pañuelo rojo al cuello…, porque son las fiestas; «hay que» confraternizar con el que pasa a tu lado o con el que te salpica de vino…, porque son las fiestas; «hay que» derrochar ese dinero que es posible que en otras fechas lo mires más detenidamente…, porque son las fiestas;… (La lista podría ser interminable).
Y ahora pregunto yo: ¿por qué no ser más feliz y exteriorizar la alegría…, en el resto del año? ¿por qué no confraternizar con nuestro vecinos, con las personas con las que nos cruzamos por la calle o en la escalera de casa a diario…, en el resto del año? ¿por qué no ser más espléndidos con nosotros mismos…, en el resto del año? Y no me hago la pregunta sobre vestir uniformemente de blanco y rojo durante todo el año porque entonces ya podría ser tildado de ideas maoístas (¿os acordáis del personaje?) y, además, sería la quiebra para la producción y negocio del mercado de la «moda»…
Pamplona, Navarra, España, Europa, el Mundo entero…, ¿van a funcionar mejor porque hayan sucedido estos dos eventos que he reseñado más arriba? ¿han servido para mejorar algo? Si es así, bienvenidos sean, pero me parecería mejor no tener que esperar 4 años o 1 año, respectivamente, para sacar algo de bueno del ser humano.
Salud para ti y los tuyos.