La Vida y la Muerte
(¿Dispones de 4 minutos para leer este texto?)
Estas dos palabras nos acercan a un solo tema, dado que la vida, tal y como la conocemos en este plano, está ligada irremediablemente a la muerte.
Como ya es habitual en este blog, y como deferencia a las personas que prefieren escuchar a leer, voy a colgar a continuación el vídeo del texto.
Cada inspiración de ese aire tan necesario para mantener la vida es una respiración menos que nos queda para llegar a ese destino que nos espera a todos. También a esas personas que se reúnen en los círculos de la élite del poder terrenal, como Davos y demás, y que parece que están por encima de todo y de todos.
Nadie nos vamos a escapar de nuestro destino último. Y, además, vamos a irnos tal y como vinimos: sin nada que llevarnos en los bolsillos.
Pero no podemos vivir y sacar pleno rendimiento a nuestras vidas si estamos centrando nuestra atención reiteradamente en el final del camino, en la muerte. Y éste es el motivo que me lleva a escribir este texto.
¿Cómo sacar provecho a nuestras vidas?
En consulta, es fácil ver a personas que acuden con un telón de fondo mortecino: con baja energía, con un cansancio vital que no se repara con el descanso nocturno habitual, sin ganas de vivir, sin alicientes, sin motivación alguna…
Es el tipo de persona que está muriéndose en vida. Y a eso es necesario ponerle remedio. Sí o sí.
Como profesional de la Medicina, también me toca ver a personas con enfermedades. Y hay un grupo de patologías que están ligadas, sobre manera, a la muerte: todas aquéllas en las que hay una parálisis motora en alguna parte del organismo, en las que hay una falta de sensibilidad, una rigidez, una tendencia a caerse…
Pero, en este texto, estoy orientando la atención hacia esos comportamientos que no llegan a ser catalogados por la Medicina como enfermedad… pero que le genera a la persona esa vivencia de no estar aprovechando ni disfrutando de la vida.
Lo primero que nos llega al pensamiento es la palabra «depresión». Pero esta palabra abarca un conjunto de situaciones de muy amplia variación de formatos e intensidades. Es una especie de «cajón de sastre» donde van a parar aquellos cuadros en los que aparentemente no hay dolencias físicas y la persona está más baja anímicamente.
Todo es por algo. Nada es casual ni hay un destino aciago, los tentáculos del azar, que juegue con nosotros porque sí. Otra cosa es que no demos con el motivo último, con la razón para que una persona esté muriendo en vida.
Y ese algo es lo que busco durante la primera consulta con una persona. ¿Y dónde buscar? Pues en el terreno de la muerte. Muertes en las que la persona haya estado como protagonista cercano, o bien muertes que hayan sucedido más a su alrededor, o muertes que se arrastren desde cualquiera de sus linajes (paterno y/o materno).
Pero no será cualquier muerte, sino sucesos que hayan conmovido a la persona o al círculo donde haya vivido esta persona… o muertes con tinte dramático que, incluso, ya están en el baúl del olvido de la familia (muertes en guerra, accidentes fatales, enfermedades dolorosas…).
En general, vamos a buscar muertes vividas antes de tiempo o que contengan un poso de dramatismo importante: la muerte de una pareja, la muerte de un niño o un joven en plena efervescencia de vitalidad.
No suelen ser de relevancia en este tipo de cuadros las muertes de personas muy mayores, ancianos que se van apagando y que mueren rodeados de sus familias en un ambiente de serenidad… Eso no traerá consecuencias del tipo a las que me estoy refiriendo en este texto.
Pero no hay que perder de vista que para el inconsciente, ese sitio donde se guardan todas estas informaciones y vivencias, lo mismo le da una muerte de una persona que una muerte de un animal de compañía… como la muerte de un proyecto o negocio… o la separación definitiva de una persona importante (aunque no haya fallecido).
¿Y qué hacer para solucionar esta situación actual de amodorramiento, cansancio vital, desgana a la hora de vivir? Mi labor es ayudar a identificar la o las causas últimas de este proceso… y ayudarle a encauzarlas.
Generalmente, se trata de que la persona recorra conscientemente un duelo, culmine una despedida que no pudo hacerse, honre a las personas de su linaje a quienes les ocurrió la desgracia en cuestión…
Cada persona y cada cuadro es todo un mundo lleno de posibilidades diversas. Y el reto consiste en dar con aquello que realmente le está afectando a la persona que consulta.
El primer contacto, la primera cita de consulta, es crucial para poder enfocar de forma certera el proceso. Y se puede hacer tanto de forma presencial como a través de un encuentro virtual utilizando cualquier plataforma que la técnica nos ha brindado para salvar distancias geográficas limitantes.
La finalidad es que todas las personas podamos reinsertarnos en el cauce de la vida, disfrutando de cada acontecimiento y sabiendo decidir nuestras mejores opciones. Y que dejemos que la muerte natural se vaya acercando a paso lento, hasta que, al final de nuestras vidas, satisfechos de lo vivido, nos entreguemos a nuestro último destino desde la calma y serenidad.
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Salud para ti y los tuyos
Siempre he estado esperando algo de la vida, que me sorprenda la vida es mi mayor diversión desde que era pequeña ahora con setenta y dos años sigo igual desde la calma y la serenidad sigo mi camino del asombro hasta la muerte.
Hola, Marta.
Mi más sincera enhorabuena por haber realizado ese trayecto de la vida abierta al disfrute de las experiencias. Una vida desde la calma y serenidad es la mejor garantía para una muerte calmada y serena.
Salud para ti y los tuyos.