Ayer, domingo día 1 de Agosto, se acabaron las fiestas de mi pueblo. Y volví a revivir lo que ocurre en cada pueblo en esta situación, en la que las personas se vuelcan hacia el exterior, a la calle, para mostrar la euforia (ayudada por la ingestión de comida y bebida en abundancia) por festejar la suerte de vivir en su localidad…
Vivo en un pueblo tranquilo de menos de 70 habitantes censados (incluyendo una caterva de crí@s). Me siento feliz de vivir en él, pero tampoco noto la necesidad de exteriorizar hasta el límite la alegría por este hecho… En las fiestas de verano, llevamos unos años en los que, en la tarde del sábado, organizamos un teatro callejero popular en el que los vecinos que se apuntan (un grupo muy nutrido) representamos una obra de teatro con una temática concreta.
Tras “El Caballero de Etxarri”, la “Una Película del Oeste”, el “remake” del “Caballero de Etxarri”, las “Olimpiadas”…, este año se ha representado “Bienvenido Mister Marshall”, evidentemente en la versión particular de Etxarri. Aparte de que el montaje ha sido mayor en envergadura, podemos resaltar el seguimiento mediático que ha tenido el teatro callejero de este año.
Pues el viernes por la tarde (cuando volví de mi estancia en la Universidad Verde), me enteré de que en el diario de mayor tirada de Navarra se había destinado a publicitar el evento media página (no sé si se deberá a la escasez de noticias en esta época o si les resultó “curiosa” la iniciativa. El caso es que en la representación aparecieron cámaras de tres cadenas de televisión y bastantes más personas como espectadores… ¿Esto servirá para perder frescura en este acto anual de nuestras fiestas? ¿Servirá para afianzar esta iniciativa tan lúdica? El tiempo lo dirá…
Salud para ti y los tuyos.