Cambio de Planes
Y el sábado amaneció de tal manera… La imagen desde los balcones de mi casa era la de la siguiente foto.
Etxarri lucía de blanco inmaculado, con un montoncico de nieve acumulada.
Deprisa y corriendo, nos prestamos a avisar a los asistentes al Curso, algunos de ellos provenientes de algún pueblo de Navarra, para que se pudieran meter de nuevo en la cama. Y…, ahora ¿qué? El día se reorganizó rápidamente: niños, trineos, risas…
Una visita al pueblo de al lado (no llega a 1 kilómetro) recorriendo una carretera intransitable para los vehículos sin cadenas…
Una comida de hermandad, pues nos juntamos alrededor de nuestra mesa tres familias (no tuve el reflejo de inmortalizar el acto con las fotos correspondientes); acompañamos al pueblo vecino a la familia amiga y, para cuando nos quisimos dar cuenta, el camino de vuelta lo hicimos anocheciendo…
Este día tan inesperado y celebrado no podía terminarse así como así, así que organizamos una cena en casa de la otra familia, ya en mi pueblo…
Y la correspondiente “timba” al “pinchazo“…
Es gratificante cómo la nieve puede unir a la gente en mi pueblo. Hay tiempo para jugar, compartir experiencias, dialogar, festejar de manera sencilla esta ocurrencia atmosférica… Un día que se quedará fácilmente en nuestro recuerdo durante unos años, al menos. En la mente de todos estaba el anterior nevadón de hace unos cinco años en el que, aislados, sin poder salir a la carretera, hicimos buen uso de la Sociedad del pueblo y su chimenea (chistorras, bacon, morcillas…).
Angelicos…
Salud para ti y los tuyos.