“Lo más habitual es que las personas se motiven por áreas de interés. Un país maduro en cultura creativa tendrá estas áreas más integradas que otro que no ha madurado tanto en este concepto. España, por ejemplo, es un país que tiene todavía relativamente inmaduros estos valores.

Y es fácil encontrar personas estrictamente vegetarianas que, a la vez, intoxican su cuerpo por otras vías. O a personas preocupadas por su salud con métodos estrictamente alternativos que, a su vez, no se plantean nada en particular en el aspecto medio-ambiental. O a personas preocupadas por el aspecto medio-ambiental recelosas en cuanto al desarrollo personal. O a personas metidas en el desarrollo personal a quienes trae sin cuidado lo que ocurre con sus ahorros en el mismo momento en que se están trabajando a sí mismas. O a personas con convicciones espirituales que piensan que la Ciencia no puede aportar nada a sus valores…

Una cultura creativa madura tiene integrados estos aspectos.”