Estamos en invierno

ESTAMOS EN INVIERNO(¿Dispones de 3 minutos para leer este texto?)

Sí, el invierno se está presentando anualmente con su característica principal, el frío y sus consecuencias, tras el periodo de transición habitual ocurrido en el otoño. Está claro, ¿no?

Como ya es habitual en este blog, y como deferencia a las personas que prefieren escuchar a leer, voy a colgar a continuación el vídeo del texto

Pues parece que la sociedad y más concretamente las autoridades sanitarias cada vez que aparece, como cada año, hacen saltar las alarmas de los resfriados y gripes, a las que ahora se añaden las consabidas «covides» (perdonad pero ahora mismo no sé cuál sería el plural correcto de covid) y las saturaciones de hospitales.

¿No os cansáis de toda esta farándula cíclica que se monta cada año? Pues yo sí.

Pero no contentos con llenar los espacios y tiempos de los medios de comunicación con esta cuestión, ahora lo enfocan hacia la necesidad de inocularse de nuevo, cada vez más y mejor, de esos productos anti gripe, covid y bronquiolitis, inservibles hasta el despropósito.

¿Dónde están los estudios de calidad e independientes, sin conflictos de intereses, que demuestren sin lugar a dudas los beneficios de tales productos y la ausencia de efectos adversos? No los busquéis puesto que no los hay.

Ahora, por la avalancha lógica y esperable de procesos de afectación respiratoria, va y también se cuela la idea de volver a ponerse mascarillas por doquier y evitar el contacto social. Incluso he comprobado que un medio digital ha lanzado una encuesta para que sus lectores den apoyo o no al uso de las mascarillas como medida de salud pública.

No se me ocurren epítetos lo suficiente descriptivos que encajen con esta gente pero, como mínimo, me parece que son unos irresponsables.

Justo ahora mismo, mientras escribo este texto, leo que la Conselleria de Sanidad de Cataluña va a solicitar al Ministerio de Sanidad que los médicos de familia puedan gestionar las bajas por gripe telemáticamente. Vuelven a reinsertar el miedo al contagio. Es como si un bombero tuviera miedo del fuego o como si a un pescatero le diera asco tocar un pez.

Leo también ahora mismo un titular de diariomedico.com: «Valencia, Cataluña, Aragón y Murcia obligan al uso de mascarillas en centros sanitarios», y lanzan la pregunta hacia las siguientes piezas del dominó que todavía permanecen en pie: «¿y el resto?».

¡¡Irracional y deleznable!!

¿Están locos? ¿No han aprendido nada de lo que nos ha pasado como sociedad durante el tema covid? ¿Para qué sirven los estudios de calidad en la ciencia? Pues parece que sirven para desecharlos cual papel higiénico por el inodoro. Papel mojado desecho en las cloacas.

Las autoridades sanitarias, así como los transmisores de sus mensajes, siguen intentando mantener en la mente colectiva la idea del peligroso enemigo vírico y la necesidad de refugiarse, defenderse como sea, de su indiscriminado ataque invernal.

¡¡Menos mal que estamos inmersos en un calentamiento global imparable y desasosegante!! ¡¡Por Dios!!

Si las medidas aconsejadas hasta la saciedad (vacunas inservibles y ahora las mascarillas) han demostrado su ineficiencia ante virus como el de la gripe y similares, ¿por qué ese empeño en que la población se siga inoculando y comience a adquirir esos trapitos en los súper y en farmacias?

¿Han comprado una cantidad ingente de vacunas y les da demasiado corte tener que quemarlas, ya que parece que el sistema de distribución internacional se ha desactivado y tampoco hay demanda de países subdesarrollados para obtener sustancias inútiles y a punto de caducar?

Sigan comprando más, no paren; sigan llenando los bolsillos de esas empresas que «velan por nuestra salud», ahora que va a aparecer otra nueva variante que es prima hermana de la anterior a la que su vacuna tampoco le hacía ni cosquillas.

Y si tomar en consideración y aplicar todas esas indicaciones no tuviera consecuencias, pues allá cada uno. Pero con la información que hay sobre los efectos perniciosos de todas estas medidas de falsa protección social, es hora de decir «¡¡basta!!».

«¡¡Que engañen a su tía!!».

El invierno es una etapa de plegarse, de mirar hacia dentro, de introspección, de recogimiento. Invita a contactar y compartir con los íntimos junto a la chimenea del hogar, infusiones…

Es una etapa de reposo y reconstrucción interna sin hacer mucho caso a lo que ocurra allí fuera. Ya escampará. Después del invierno, irremediablemente, llegará la primavera.

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Salud para ti y los tuyos

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