La idea que va a desarrollar (¿a quién sino a la propia Farmacéutica se le habrá ocurrido semejante idea?) es consultar la opinión del personal afectado (pacientes, sanitarios, investigadores y políticos, sobre el papel a jugar por la Industria Farmacéutica.

El resultado será el “Informe Bernat Soria”, buena propaganda recíproca (para ambas partes), pues la conclusión del estudio (yo les pediría que se ahorraran el coste del mismo) es sabida, dado que la población a encuestar va a ser: Asociaciones de Pacientes, generalmente promovidas y alentadas (con honrosas excepciones) por la propia Industria Farmacéutica; Sanitarios, el colectivo está prácticamente educado por la Doctrina Farmacéutica; Investigadores, la mayor parte de las investigaciones están promovidas y sufragadas por la propia Industria Farmacéutica; y Políticos, por definición aliados al poder, sujetos a la imperante dinámica de los dineros (¿de quién?, de la Industria, la Banca…).

Y tienen la “barra” de apuntillar, en boca del Presidente y Consejero Delegado de Abbott-España, que “nuestro papel (como laboratorio) es exclusivamente el de estimular que este debate tenga lugar, somos facilitadores”.

No me tengo por demagogo pero cada vez veo más claro el espectáculo que lanzan al ruedo de la vida los mismos guionistas, representando en forma de comedia con tintes dramáticos (tristemente, las personas, la población, sufre, padece crónicamente y, al final, muere), sin cuestionarse otro tipo de métodos, otro tipo de perspectivas en las que la persona sufriente podría pasar de ser un mero paciente a protagonista de su proceso de enfermedad y de sanación.

Me permito adelantar el resultado del informe: el necesario y creciente papel de la Industria Farmacéutica en el curso de un Sistema de Salud Pública sostenible (porque claro, el adjetivo sostenible tendrá que aparecer por algún lado…). Ver venir…