Me han invitado a colaborar en el periódico digital “navarradigital.es”, y como introducción, en mi primera colaboración, he escrito sobre el tema estrella de nuestra sociedad actual: el dichoso coronavirus.

Paso a transcribir el texto, que se puede leer en dicha publicación.

Este término hace referencia a un objeto o, a nivel empresarial, a alguna sección o división que posee gran valor para dicha empresa. La niña de sus ojos hacia donde todos dirigen su mirada.

Ya a nivel simbólico, parece ser que el dichoso coronavirus con el que desayunamos, comemos, cenamos y dormimos, es en la actualidad, por la importancia que se le está dando, “la joya de la corona” del sistema sanitario y de la estructura socio-económica mundial, de lo cual se están haciendo eco, de una manera inaudita y cansina, todos los medios de comunicación a todas horas.

Al iniciar mi andadura de colaboración con navarradigital.es sobre temas de salud, no tengo más remedio que abordar esta cuestión.

Para encontrar algún antecedente de algo parecido a lo que está ocurriendo en el mundo, me retrotraigo a finales de Abril de 2009, momento en el que surge de forma sorpresiva la “Gripe A”, y que va escalando notoriedad y protagonismo en lo cotidiano de los noticiarios a escala mundial.

En aquella oportunidad, al igual que ahora con este “nuevo virus”, se iba anunciando cada nueva muerte por aquí y por allá como si fuera el cuaderno de bitácora de un galeón antiguo, haciendo referencia con detalle a los acontecimientos ocurridos en la singladura de una larga travesía.

¿Qué nos están haciendo creer, que la humanidad debe temer como especie una debacle gigantesca? ¿Un holocausto terrible?… ¡¡¡Por favor!!! Están jugando con el miedo, están jugando a provocar un miedo irracional en la población. Cuarentenas multitudinarias, mascarillas que se agotan, cierres de centros escolares…

¡¡¡Basta ya!!!

Está supercomprobado en Medicina que, cuando una persona respira miedo, el sistema inmunológico se deprime y, como consecuencia, es más susceptible a la invasión por cualquier germen ambiental.

¿Qué se pretende conseguir con estas estrategias sociológicas que están preconizando las organizaciones internacionales, los diversos gobiernos nacionales, los medios de comunicación…?

No tengo ni idea, pero lo que sí sé es que se está inoculando el miedo a las personas que no tienen un alto nivel de consciencia ni posibilidad de ver más allá de lo que se les ofrece a través de los medios. Y también sé que la consecuencia directa de esta realidad favorece la enfermedad. Cualquier enfermedad.

Ante el espectáculo mediático que estamos presenciando, sólo cabe tener en cuenta unas cuantas informaciones verificadas y de sentido común:

• El coronavirus pertenece a un grupo de virus que lleva miles de años acompañándonos en nuestro planeta.
• Todos los seres humanos, en algún momento u otro de nuestras vidas hemos sido visitados por éste y por otros grupos de virus ambientales, produciendo en la mayor parte de los casos, procesos catarrales, respiratorios… En veterinaria también se observan cuadros gastrointestinales diversos causados por estos bichos.
• Es verdad que el actual brote de contagios está causado por una nueva variante de virus, un recién llegado a la familia coronavirus.
• La vía de contagio es a través de gotitas de saliva de tamaño medio que expulsamos al hablar, toser, estornudar, con lo que el área de susceptibilidad de contagio es de poco más de un metro a la redonda de la persona. La mascarilla no es recomendable salvo para los afectados por la enfermedad respiratoria.
• El virus puede mantenerse vivo en la superficie de objetos durante varios días, disminuyendo su supervivencia con la radiación solar. Así que el lavado de manos es una medida preventiva interesante.
• El periodo de incubación parece ser de unos 4 días (entre 2 y 7 días).
• La mayor parte de afectados por el virus o estará asintomático, o tendrá un resfriado común. De las personas infectadas, sólo en algunas sobrevendrá una neumonía, sobre todo en las que tengan alguna patología previa (generalmente cardio-respiratoria).
• El índice de letalidad-mortalidad varía entre un 0,7 y un 4%, según el sistema sanitario del lugar donde se enferme la persona. Y se ceba porcentualmente en personas mayores y con patologías previas.

Se calcula que el número de fallecidos por gripe estacional a nivel mundial es entre 290.000 y 650.000. ¿Y se hunden las bolsas mundiales por ello?

Según los organismos internacionales, mueren cada día 8.500 niños por desnutrición. ¡¡¡Cada día!!!… ¿Y se hunden las bolsas mundiales por ello?

(Continuará)

Dr. Silvano Baztán G.

Salud para ti y los tuyos.