La Tierra Inteligente

Últimamente (y no me atrevo a recordar desde cuándo) leer un libro (y no me refiero a picotear alguno) me resulta una actividad harto complicada. ¿Por qué? Pues porque el tiempo se me esfuma a tal velocidad que puede llegar a sorprender cuando te haces consciente de la situación.

El hecho es que tengo entre manos uno de esos libros («La Tierra Inteligente» con el subtítulo «El amanecer de la consciencia global», del autor Peter Russell, Editorial Gaia) que, fácilmente, puede uno llegar a sacar de la estantería de una librería (cada vez que entro en una salgo con un montón de libros…) y colocar en la librería de la casa (a veces en pugna con otros por asentarse en lugar prominente). ¿Cuántas veces me ha pasado eso…?

• El Big Bang explosiona en una cienmillonésima de segundo del día 1 de Enero, es el comienzo de la película.
• Se forman los primeros átomos estables en 25 minutos, tras el rápido enfriamiento del Universo.
• Durante Febrero y Marzo, las nubes de gases se van condensando, generando las agrupaciones de Galaxias y estrellas.
• Hasta primeros de Septiembre no se forma nuestro Sol y el Sistema Solar.
• A principios de Octubre aparecen en la Tierra las algas simples y bacterias.
• Una semana más tarde aparece la fotosíntesis.
• A principios de Noviembre se acumula el oxígeno en la atmósfera.
• Una semana más tarde aparecen las células más complejas con núcleos que permiten la reproducción sexual.
• A primeros de Diciembre aparecen los organismos pluricelulares más simples.
• Una semana más tarde salen del mar los primeros vertebrados.
• Los dinosaurios dominan la Tierra entre el 24 y el 30 de Diciembre.
• Los simios debutan hacia el mediodía del último día de la película, el 31 de Diciembre.
• El lenguaje humano comienza a formarse un minuto y medio antes de la medianoche del 31 de Diciembre.
• En el último minuto aparece la agricultura.
• Buda alcanza la iluminación bajo el árbol «Bodhi» cinco segundos y medio antes de que acabe la película.
• Cristo aparece un segundo después.
• La Revolución Industrial aparece en el último medio segundo, y la Segunda Guerra Mundial una décima de segundo antes de media noche.
• El resto de la Historia Moderna transcurre en un instante no mucho más largo que aquél con en el que se abrió la película. La evolución no parece que vaya a frenarse sino, todo lo contrario, sigue acelerándose sin mostrar signo alguno que evidencie una disminución de su ritmo.