Los Cuatro Acuerdos

Comparte esta entrada

(imagen tomada de aquí)

Durante estos últimos días, ha reaparecido sobre la mesa del cuarto de estar un libro que leí allá por 2009, y su eco me ha llevado a plantear a la familia el enfocar nuestra atención a su contenido.

Se trata del libro "Los Cuatro Acuerdos", del Dr. mexicano Miguel Ruiz, un cirujano con hondas raíces de pertenencia al pueblo y las tradiciones toltecas. Si lo queréis adquirir, está editado por la editorial "Urano".

Tal y como indica el título, el libro describe, en un estilo muy fácil de leer (y letra grande), cuatro puntos básicos (los cuatro acuerdos) para vivir una vida con mucha más consciencia y plenitud, no sólo en nuestra propia realidad sino también (y fundamental) en el marco de nuestras relaciones sociales, interpersonales.

Son tan sencillos de reconocer y tan lógicos, que no cuesta sintonizar con ellos. Ahora bien, es toda una tarea de ejercicio consciente. Con esta última frase no quiero desanimar a nadie, pues merece la pena intentarlo.

(imagen tomada de aquí)

Y allá van esos acuerdos tan simples y sabios:

  1. "Sé impecable con tus palabras". El uso apropiado del lenguaje, ese "Verbo" originario (el sonido creador) desde lo que todo procede. Impresionante el poder de la palabra.
  2. "No te tomes nada personalmente". Otro apartado fundamental. Esto me recuerda a la película "El Padrino", en la que un matón de un clan, antes de liquidar a una persona de un clan rival, le espeta eso de que "no es nada personal; sólo es trabajo".
  3. "No hagas suposiciones".No hace falta ser muy agudo en la observación para darnos cuenta de que este acuerdo toca una fibra tremendamente sensible en nuestra realidad humana occidental, esa especie de "turmix" mental sin fin.
  4. "Haz siempre lo máximo que puedas". En este mundo de alta competitividad, podemos observar que hay personas de muy diversos talentos (todas las personas estamos ataviadas de muy diversos talentos, como lo podemos comprobar en nuestros mapas natales), pero que no brillamos en otros… ¿Qué hacer ante una exigencia homogeneizadora tan tremenda como la que sacude nuestra actual sociedad "desarrollada"? Pues eso: hacer siempre lo máximo que podamos. Eso nos llenará de tranquilidad, sea cual sea nuestra situación y la acción a desarrollar.

Tras confesaros que no tengo comisión sobre el libro y que voy a dárselo a mi hija pequeña para que se lo lea y así poder realizar un pequeño trabajo interno durante el verano "en familia", os deseo también un buen verano.

Salud para ti y los tuyos.

 


Comparte esta entrada

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.