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Estas dos palabras nos acercan a un solo tema, dado que la vida, tal y como la conocemos en este plano, está ligada irremediablemente a la muerte.
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Estas dos palabras nos acercan a un solo tema, dado que la vida, tal y como la conocemos en este plano, está ligada irremediablemente a la muerte.
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Hace unos pocos días escribí un texto acerca de la eutanasia, el actual trámite legislativo y la respuesta médica colegial.
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Coincidiendo con el día de difuntos, escribo este nuevo artículo en el que tomo como tema algo que ha sucedido allá en el lejano Oriente, en Corea del Sur, relacionado con la campaña de vacunación masiva de la gripe.
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Acaba de ocurrir… Una vez más. Y sigue siendo un gran misterio, un misterio insondable. La muerte. El misterio de la muerte es una línea que continúa el misterio de la vida.
Imagen de Gerd Altmann en Pixabay
Toco hoy un tema escabroso. A nadie le gusta afrontar el tema de la muerte, y menos cuando se trasluce con claridad y de forma insistente a través de las pantallas de televisión y en todos los medios de comunicación por todo el mundo.
Una de las temáticas que más veo en consulta es la derivada de duelos sin cerrar de forma adecuada.
De forma simultánea, he recibido por correo dos documentos gráficos tremendos (no para cualquier estómago) que reflejan el desprecio que la sociedad, en las diferentes latitudes geográficas y culturales (abarcando, asimismo, las diferentes religiones imperantes en cada área), muestra ante la vida humana.