
(¿Dispones de cuatro minutos para leer este texto?)
Acaba de ocurrir… Una vez más. Y sigue siendo un gran misterio, un misterio insondable. La muerte. El misterio de la muerte es una línea que continúa el misterio de la vida.
(¿Dispones de cuatro minutos para leer este texto?)
Acaba de ocurrir… Una vez más. Y sigue siendo un gran misterio, un misterio insondable. La muerte. El misterio de la muerte es una línea que continúa el misterio de la vida.
Durante el tiempo que me ha costado editar esta nueva entrada, hemos caído en el día del Solsticio de Invierno en el Hemisferio Norte del planeta Tierra, donde yo me encuentro en estos momentos.
Mi buen amigo Carlos (gracias), me acaba de enviar un mensaje con un enlace a una plataforma de activismo “on line” que me ha parecido una especial e interesante manera de dar a conocer lo que nos gustaría conseguir, las peticiones de cambio que anhelamos y que casi siempre se nos quedan en el tintero o calentándonos los “cascos”…
De primeras, no me lo podía creer; pero, leyendo la entrada dominical de Tercera Opinión, me di cuenta de que sí que era real lo que estaba viendo. Aunque vivamos en esta zona occidental del hemisferio norte del planeta Tierra, no podemos dejar de saber que, en otras latitudes, existen personas que mantienen tradiciones que, a nuestros ojos, resuenan con el hecho de aferrarse al poder, sea como sea…
Acabo de recibir este mensaje (editado por Amnistía Internacional) de manos de mi amiga Rebeca (gracias, Rebeca). A la vista del contenido de la noticia, las cosas no pintan bien en las latitudes regidas por el Islam, sobre todo cuando los asuntos competen a la mujer.