(imagen tomada de aquí)
Las "Siete Palabras" han sido para mí un punto de referencia anual que me ha acompañado durante prácticamente toda mi vida.
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Las "Siete Palabras" han sido para mí un punto de referencia anual que me ha acompañado durante prácticamente toda mi vida.
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Es frecuente escuchar o leer por ahí que, en tal o cual ocasión, se ha hecho historia. Pues bien, ayer, sin ánimo de darle mayor importancia de la que tiene, formé parte de un acontecimiento histórico.
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Aprovechando una vivencia reciente, realmente gozosa, voy a comentar sobre un fenómeno que nos afecta a los seres humanos: las fidelidades inconscientes.
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Un año más, el ciclo se repite: una vez iniciada la presencia del Sol allá en el Solsticio de Invierno, diciéndole al frío invierno algo así como “espera un poco, que voy…”, con un paso lento pero inexorable, llegamos a la fase de equilibrio entre el imperio de las tinieblas y el de la luz, a mediados de Marzo.
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Al acabar esta semana, si tuviera que resumirla, diría que sólo veo pentagramas, notas musicales por doquier y el idioma de Göethe… y es que ayer terminó una fase de conciertos con el tema del Requiem Alemán, de Johannes Brahms.
Queda en mi memoria aquella frase que no ubico en el tiempo, ni sé en qué escenario se produjo en mis recuerdos, pero que ha salido a colación por el desenfreno de actividades en las que estoy metido (¿imbuido?). La frase en cuestión era: “¡¡qué dura es la vida del artista!!”
Tengo entre bambalinas una entrada sin completar sobre el tema climático..., pero la temporalidad reclama esta nueva entrada.
Como he visto que el Canal 6 de TV, en Navarra, ha colgado en Youtube unos reportajes cortitos sobre los conciertos en los que participé en San Sebastián – Donosti, interpretando la obra ‘Carmina Burana’, de Carl Orff, integrando las huestes del Orfeón Pamplonés y con el acompañamiento de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, con la estética de la ‘Fura dels Baus’, y todos coordinados por la batuta del maestro Alejandro Posada, los voy a dejar aquí expuestos, aunque hay alguna repetición de imágenes, para que os hagáis una ligera idea de lo espectacular del montaje.
Dentro de una hora, me pondré camino a Donosti (San Sebastián) para abrir la ‘Quincena Musical’ donostiarra, participando en la representación escénica (estreno mundial) de la obra ‘Carmina Burana’ (del compositor Carl Orff), dentro de las filas del Orfeón Pamplonés, junto con la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, dirigidos por el maestro Alejandro Posada, y todo ello dentro de un espectáculo organizado por el grupo ‘La Fura dels Baus’.